Según los datos que ha hecho públicos Hacienda esta semana, el salario medio declarado a la Agencia Tributaria en 2014 en España es de 18.420 euros, lo que supone un sueldo mensual de 1.315 euros –dividido en 14 pagas-. Es decir, la mayoría de los españoles cobramos menos que el salario mínimo en Francia -1.457 euros- o en Alemania -1.473 euros-. Y lo peor de todo, es que según los números de Hacienda, la tendencia es bajista.
Y es que a pesar de que al inicio de la crisis el salario medio llegó a crecer hasta los 19.113 euros en 2010, la entrada en vigor de la reforma laboral en 2012 acabó con esa tendencia y empezaron a contraerse hasta caer a los 18.420 euros, algo más que en 2007, si se quiere ver de forma optimista, pues entonces era de 18.087 euros.
Aunque los datos también tienen notas positivas, como que el pasado fue el primer año desde que empezó la crisis en que el número de asalariados creció -a 16.899.024 desde 16.682.000 de 2013-, así como también lo fue para el total cobrado por los españoles –lo declarado a Hacienda, entiéndase-, que fue de 311.297 millones de euros.
No obstante, estos números dejan una lectura muy clara: el poder adquisitivo de los españoles no para de menguar. Al menos de los ciudadanos de a pie, que cada vez se tienen que apretar más el cinturón, o al menos así es lo que declaran a la Agencia Tributaria.
En España hay actualmente casi 15 millones de personas que gana menos de 30.000 euros al año, lo que supone que, teniendo en cuenta que hay casi 17 millones de asalariados, casi el 90% de los trabajadores españoles tiene un sueldo de 2.100 euros mensuales, como máximo. Mientras tanto, algo más del 10% disfruta de unos salarios mayores y, paradójicamente, más ventajas fiscales que el grupo anterior.
De este modo, vemos cómo la crisis ha arrasado con los pequeños pasos que España había dado para conseguir que sus ciudadanos tuvieran un nivel de vida cada vez mayor. Los salarios en España siguen a años luz del resto de Europa y la senda que han tomado parece difícil revertirla, pues las previsiones apuntan a que nos queda bastante para acabar esta época negra para el mercado laboral.