Hace ya meses hablaba acerca de los piropos que, desde páginas salmones, se lanzaban contra empleados, profesionales, etc. Me refiero al uso de terminos como mercenarios y similares. Me refiero a la manida idea de la falta de compromiso. Curiosa palabra la de compromiso. O mejor dicho, curioso eufemismo para quien realmente exige sumisión absoluta sin ofrecer nada a cambio.
Me acordaba de aquel debate que suscito el temita en cuestión, y que por una vez hizo que un medio tradicional, como El Economista, se hiciese eco de lo que mascullabamos en la blogosfera. Y me acordaba a propósito de una entrada en el Blog de Martín Varsavsky, en la que se sorprende con la denominada Operación Toblerone, noticia de portada en las páginas del Financial Times. La famosa operación viene a consistir en lo siguiente.
Eres uno de los 60 responsables/jefes/indio con plumas de Yahoo Europa, con sede en Londres, ciudad de clima desapacible, pero donde vaya por Dios, se te ha ocurrido establecerte a ti y a tu familia. un día por la mañana recibes un mail de-los-de-siempre en que te dice que tienes un mes para mudarte a Suiza, al bonito pueblo de Rolle, donde se establecerá el nuevo cuartel general europeo (por ahorros fiscales, según dicen las malas lenguas). Y no hay solución, ni margen de negociación. O te vas o te van. Es más, segun dice FT, los chicos de Recursos Humanos dicen a los descontentos que llamen a Google.
Toma ya. Todo un ejemplo de lo que la empresa entiende por compromiso. Y es que el compromiso bien entendido empieza por una misma. Y a las personas que les vayan dando. Por supuesto, los chicos de Yang se extrañarán luego de que entre los suyos abunden los mercenarios y falte la implicación.
Aunque claro, quizás lo que se busque en el fondo es el cortoplacismo. Ante la mala situación de Yahoo, lo que se busca no es que estos 60 afortunados corran por las montañas de Heidi. Lo que buscan indirectamente es que se vayan, y que en la medida de lo posible esa reestructuración le cueste lo mínimo a la empresa. Da igual que eso se cargue la imagen de la empresa, da igual los trastornos que a corto, medio y largo plazo sufra el negocio. Sólo influye la cuenta de resultados del próximo trimestre. Con eso hay que comprometerse.
Llegado este punto, si yo fuese uno de los chicos de Google, lo vería claro. A diferencia de Microsoft, ¿para qué comprar Yahoo? Compremos a su gente, que seguramente salga más barato. Por lo pronto, y aprovechando el chiste arriba comentado, haría una oferta global a los 60 ejecutivos de Yahoo en Europa. De una tacada le corto la cabeza al rival, y con un coste muy inferior al de hace un tiempo gracias a su brillante Operación Toblerone. En segundo lugar me garantizo una fortísima publicidad en los medios con esta jugada, reforzando mi lema tradicional Don´t be evil.
Que pena que sea sólo una ilusión. Demasiado radical para el gusto de las corporaciones actuales.
Vía | Martin Varsavsky Más información | Financial Times En El Blog Salmón | Microsoft ofrece 44.600 millones de dólares por Yahoo! Foto | zone41