Los planes de pensiones (y su equivalente en seguros, los Planes de Previsión Asegurados) tienen una fiscalidad especial en España, claramente diferenciada de otros productos financieros. Esto implica que hay que conocer a fondo cómo tributan para entender sus ventajas e inconvenientes.
Para ello también hay que comprender la fiscalidad del resto de productos financieros y así comparar qué es más ventajoso. Y todo esto teniendo en cuenta que la tributación de los planes de pensiones ha cambiado en 2021.
Fiscalidad del ahorro en el IRPF
Normalmente para cualquier tipo de inversión, como compra de inmuebles, acciones o fondos de inversión, al invertir no se obtiene ninguna desgravación, y al desinvertir hay que pagar impuestos por las ganancias patrimoniales dentro de la base imponible del ahorro en el IRPF.
La base imponible del ahorro tiene unos tipos del 19% al 26% en 2021, según la tabla que mostramos a continuación. Pero hay que recordar que estos tipos aplican únicamente a las ganancias patrimoniales, es decir, a los beneficios, no a todo el rescate del producto.
Ganancia patrimonial | Tipo aplicable |
---|---|
Primeros 6.000 euros | 19% |
6.000 a 50.000 euros | 21% |
50.000 a 200.000 euros | 23% |
Por encima de 200.000 euros | 26% |
Pongamos un ejemplo: un particular invierte 100.000 euros en un fondo de inversión y al cabo de 20 años lo rescata con un valor de 265.000 euros (aproximadamente un 5% al año). La ganancia patrimonial es de 165.000 euros, y es a ese importe al que se le aplican los tipos anteriores. Los primeros 6.000 euros pagarían el 19% (1.140 euros), luego hasta 50.000 euros un 21% (9.240 euros) y el resto un 23% (26.450 euros), en total el contribuyente tendrá que pagar 36.830 euros (un tipo medio del 22,3%).
Hay que recordar que esos 100.000 euros que invirtió el particular los tuvo que ganar de alguna forma, y por tanto pagaría los impuestos correspondientes por ello. Es por eso que por dicha cantidad no se pagan impuestos al realizar el rescate, ya que se pagaron en su día, antes de realizar la inversión.
Fiscalidad de los planes de pensiones
La fiscalidad de los planes de pensiones es muy distinta. Las aportaciones que se hacen a este producto financiero se deducen del IRPF. ¿Qué quiere decir esto? Que los impuestos que supuestamente se deberían pagar por haber ingresado ese dinero se devuelven (en ese momento).
En cambio a la hora de rescatar el plan se pagan impuestos no solo por la ganancia patrimonial, por los beneficios, sino por toda la cantidad rescatada. Y además los tipos que aplican son los del IRPF de la base general, no los del ahorro. Y hay que recordar, como se puede ver en la siguiente tabla, que los tipos de la base general son superiores a los de la base del ahorro.
Renta de trabajo | Tipo IRPF (puede haber varaciones en algunas CC.AA.) |
---|---|
Hasta 12.450 euros | 19% |
12.450 a 20.200 euros | 24% |
20.200 a 35.200 euros | 30% |
35.200 a 60.000 euros | 37% |
60.000 a 300.000 euros | 45% |
Más de 300.000 euros | 47% |
Es decir, rescatar un plan de pensiones es como si aparecieran unos ingresos extra que se integran en la base general del trabajo. Por tanto muchas veces se dice que los planes de pensiones no proporcionan ahorro fiscal sino que permiten diferir impuestos: en lugar de pagar los impuestos en el momento de recibir el dinero (cuando el trabajador está en condiciones de ahorrar) se pagan a la hora de rescatar el plan (cuando el trabajador está jubilado y es el momento de gastar en lugar de ahorrar).
La teoría detrás de la ventaja fiscal es que en la jubilación normalmente las personas tienen menos ingresos y por tanto su tipo marginal del IRPF es menor y por tanto diferir impuestos implica ahorrar. Pero tiene otras lecturas de segundo orden también interesantes que vamos a comentar a continuación.
Eso sí, en 2021 los límites de la deducción por aportaciones a planes de pensiones se limita de 2.000 euros y por lo tanto no son tan interesantes como anteriormente (eran 8.000 euros). Estamos hablando de los planes de pensiones individuales, los que puede contratar cualquier persona, y no los de empresa, que el Gobierno quiere fomentar y por tanto ha elevado el límite a los 10.000 euros al año. En ambos casos, por cierto, la deducción no puede superar el 30% de la base imponible.
También hay que recordar que los planes de pensiones no se pueden rescatar en cualquier momento, solo en la jubilación, en algunos supuestos (paro de larga duración, por ejemplo) o si han pasado 10 años desde la contribución al mismo (pero solo se pueden rescatar las cantidades aportadas hace diez años).
¿Cómo ahorrar impuestos con esta ventaja fiscal?
Como hemos comentado, la ventaja fiscal de los planes de pensiones no es únicamente diferir impuestos sino también de los distintos tipos impositivos si se hace la comparación con una inversión más clásica. Vamos a poner un ejemplo.
Una persona cuyo tipo marginal del IPRF es del 37% aporta durante diez años 10.000 euros a su plan de pensiones de empresa (vamos a obviar que las empresas suelen aportar algo más que definitivamente decantarían la balanza). Al cabo de esos 10 años ha invertido 100.000 euros y después de 20 años el trabajador, ya jubilado, rescata su plan, por un importe total de 265.000 euros. Eso sí, lo rescata poco a poco para que su tipo marginal no suba del 37% (su pensión y otros ingresos le dejan su tipo marginal ahí, para simplificar el cálculo).
Al final del recate la factura fiscal habrá sido del 37% de los 265.000 euros, es decir, 98.050 euros. Pero en su día se ahorró el 37% de los 100.000 euros que invirtió, es decir, 37.000 euros, es por eso que la factura fiscal parece tan abultada.
En cambio si hubiera invertido esta cantidad en un fondo de inversión, como ya hemos visto en el ejemplo del principio, al momento del rescate la factura fiscal habría sido de 36.830 euros. Pero a esto hay que sumarle lo que pagó en su día por ganar los 100.000 euros iniciales, 37.000 euros, dando un total de factura fiscal a lo largo de todo el periodo de 73.830 euros.
En este caso es parece más ventajoso el fondo de inversión pero hay dos lecturas extra:
Si el inversor hubiera usado esos 37.000 euros extra que obtuvo de deducciones para invertirlos en un producto de similar rentabilidad (2,65 veces durante 20 años; no podría volver a invertirlos en el plan de pensiones porque ya había agotado su límite de deducciones), en la jubilación tendría más dinero. Concretamente 98.050 euros de los que 61.050 euros serían beneficios y tendrían una factura fiscal de 12.921,50 euros (un tipo efectivo del 21,1%). Por tanto 48.128,50 euros netos extra que compensarían el gap que había previamente entre los dos casos, haciendo más favorable el caso del plan de pensiones. A mayores rentabilidades mejor es el caso del plan de pensiones.
Otro caso muy común es que el tipo marginal sea mayor durante la época de trabajo que durante la jubilación. En nuestro ejemplo sería bastante común tener un tipo marginal en la jubilación del 30% si durante la época de trabajador se tuvo el 37%. Por tanto el caso sería aún más ventajoso.
Por tanto no hay que infravalorar el potencial de los fondos de inversión como forma de mejorar la factura fiscal. Y aunque los casos se pueden complicar mucho (aportaciones durante muchos años, muchos planes de pensiones suelen tener rentabilidades algo flojas, no se puede predecir el tipo marginal a futuro, el dinero está cautivo excepto en casos concretos) se puede decir que es una buena opción si el producto es el adecuado.