Como en todos los Gobiernos, ni todo es blanco ni todo es negro y se pueden encontrar políticas acertadas y políticas nefastas, aunque haciendo un spoiler, aumentar el gasto social a base de privatizaciones y control económico tiene poco mérito sin controlar los parámetros macro del país. ¿Qué tenemos en el legado de Hugo Chávez?
Inflación, control estatal, aumento de la deuda pública; puntos negros
El gobierno de Chávez no destaca por sus buenos indicadores macroeconómicos en el tiempo que ha estado en el poder. La inflación en Venezuela siempre ha caminado a ritmo de dos dígitos, factor que condiciona fuertemente el desarrollo real de la economía del socialismo bolivariano.
En términos nominales, la evolución de su PIB es similar a los países de su entorno, a ritmo de un 2.9% anual, pero el volumen de crecimiento real del PIB de Venezuela desde 1999 está muy lejos del PIB de Chile, Colombia o Perú, que han crecido casi un 70%, lejos del 20% de la economía venezolana.
El concepto redistribución de la riqueza y aumento de la renta per cápita debe corregirse con la inflación acumulada en el país para tomar base comparativa. En los últimos 11 años, el PIB per cápita descontando inflación ha aumentado en un 11%, ha ajustado el índice de Gini a la baja, basando esta redistribución en el círculo del gasto público y el control férreo de la economía.
El control del petróleo y las empresas estatales
Hugo Chávez ha logrado impulsar programas de alfabetización básicos y el acceso a una sanidad que aunque no es universal en el país, logra ciertas coberturas. La financiación de estos programas sociales se ha realizado mediante la toma de control directa de PVDSA en 2003 y de la emisión de deuda pública a base de un déficit público al alza cada año. Mayor gasto público a pesar de aumentar los ingresos públicos mediante la expropiación de sectores estratégicos. La maquinaria impulsada por Chávez es incapaz de autofinanciarse y crear superávit.
El Gobierno de Chávez se ha visto obligado durante estos años a subsidiar bastantes productos básicos como la gasolina, la electricidad o la alimentación, dado que no controlar la inflación y las constantes devaluaciones, han hecho encarecer sustancialmente las importaciones. Estos programas cierran el círculo retroalimentando la economía pública mediante la toma de control de sectores estratégicos e impidiendo la apertura de los mercados. Prueba de ello, es la posición de Venezuela en el Informe de Libertad Económica en la posición 180.
Menor libertad económica, menor libertad global
No hay que quitarle mérito a los programas de gasto social, aunque claro está, dichos programas son imprescindibles cuando se es incapaz de controlar los precios y crear mercado tal y como ha ocurrido con alimentos básicos o energía. En este sentido, en función del venezolano que nos lo cuente, se han eliminado las oligarquías de poder en Venezuela, o sólo se han eliminado los poderes económicos contraríos al régimen, tal y como afirman la mayoría de voces críticas con el régimen bolivariano.
El resto de libertades del país, los índices de violencia y asesinatos, la falta de libertades públicas como prensa, reunión, sindicación o información; dan que pensar mucho sobre el poderío democrático de Hugo Chávez. Como podemos ver, demasiados factores a tener en cuenta en un mandato que pasará a la historia de Venezuela y del resto del mundo.
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