Cuando se llegó a la conclusión de que había que ayudar al sector financiero para que no estrangule a la economía, las grandes empresas tomaron la oportunidad para ponerse en la cola de ayudas.
Sus amenazas de que, sin ayudas, iban a echar a muchos trabajadores a la calle tuvieron su fruto y vimos llegarles muchos miles de millones de nuestro dinero.
Está claro que las empresas buscan sus intereses y utilizan los argumentos, las amenazas, que sean para conseguir lo que quieren.
En el caso del sector automovilístico, las empresas estadounidenses ya han recibido miles y miles y han vuelto a la cola pidiendo más. Las automovilísticas europeas también están en la cola y ya han empezado a recibir sus ayudas también.
Estas volverán también, ya que el despilfarro del dinero gratis que reciben es el resultado lógico de la lotería de dinero que están recibiendo.
Sería muy distinto si las inyecciones vinieran con cambios de ejecutivos y pérdidas sufridas por los accionistas. Lo pensarían algo más antes de volver a la cola.
Por lo menos si van a continuar ayudando a este sector, mejor seguir el camino español del plan renove. Es decir, incentivar a los consumidores a retirar sus viejos y sucios coches o, como hemos hablado antes en estas páginas, simplemente comprar los viejos coches de las familias directamente. De una vez retirando viejos coches e inyectando liquidez a las familias.
Desgraciadamente, parece que en Estados Unidos están pensando en repetir las ayudas indiscriminadas a este sector pero no a considerar incentivar la retirada de coches viejos.
Con un plan así, por lo menos ganaría el medio ambiente.
Vía | New York Times (en inglés) En En Blog Salmón | Alan Blinder nos da una idea para ayudar a la economía