La hostelería asfixiada reclama ayudas para evitar la sangría

La hostelería es uno de los grandes sectores de la economía española, somos un país de bares y restaurantes, por ello su peso asciende al 6% del PIB, y, en 2018, el sector registró un total de 314.311 establecimientos, con un empleo vinculado de 1,7 millones de personas.

Según los datos que reporta Hostelería de España, los datos generados por la crisis provocada por la pandemia hacen que a octubre de 2019 se hayan cerrado 65.000 negocios de hostelería, y la pérdida de 350.000 puestos de trabajo y el nivel de facturación se haya reducido en más de un 50% respecto a 2019.

Como ejemplo de las dificultades del sector, hemos conocido este mes que el histórico restaurante Zalacaín, uno de los referentes de la cocina madrileña de finales del siglo XX que fue el primero en España en conseguir tres estrellas Michelin, se ha visto obligado a echar el cierre indefinido.

El sector está sufriendo una sangría económica. Las constantes aperturas con restricciones y cierres que están decretando desde la administración pública hace que los hosteleros se estén viendo solapados por los números rojos. Lo peor de todo es la incertidumbre, se desconoce hasta cuando durará la actual situación y los hosteleros se están descapitalizando a un gran ritmo.

El sector en crisis busca aguantar

Debido a la prolongada pandemia y la debilidad de las empresas por las medidas tomadas (como los préstamos ERTES e ICO) ya no sean suficientes, solicitan un presupuesto necesario para brindar asistencia directa a la industria ascendería a 8.500 millones de euros. A ello, sumar una rebaja del IVA del 5% y moratorias en la devolución de créditos.

En su propuesta persiguen que se lleve a cabo las ayudas directas, a fondo perdido, para la supervivencia de las empresas y los autónomos durante los periodos de estado de alarma/pandemia y la aplicación de fondos europeos para el mantenimiento y supervivencia de las empresas y los autónomos durante los periodos de estado de alarma/pandemia.

Recordamos que en Cataluña, Asturias, Castilla y León, Navarra, Murcia, Navarra y Galicia se ha decretado el cierre de bares y restaurantes, lo que supone tensionar las cuentas del sector que ya viene machacada de los meses de marzo, abril y mayo.

Desde la administración pública, ya que imposibilitan, en gran parte, que la hostelería pueda trabajar en condiciones, se les tiende la mano, aunque, a tenor del número de cierres acumulados, las ayudas han sido del todo insuficientes.

Los hoteleros destacan especialmente Galicia. La comunidad autónoma aportará fondos entre 5.000 y 7.000 euros a cada local de la hostelería, que estuvo cerrada durante un mes por la pandemia de coronavirus.

En Murcia, esto ayudará a frenar la crisis del coronavirus en la hostelería, y sus ayudas estarán entre los 3.000 y los 10.000 euros, en función del número de empleados de cada empresa.

Estas son las autonomías que más están apoyando al sector, en otras partes de España se ofrece alrededor de 1.000 euros como en la Comunidad Autónoma de Aragón, mientras que en Cataluña ni tan siquiera se llega a esa cifra.

¿Está justificado el ataque a la hostelería?

Las administraciones públicas tienen en el punto de mira a la hostelería, pero puede que esta obsesión no esté respaldada por los datos epidemiológicos. Según los datos ofrecidos por el Ministerio de Sanidad, el total de casos acumulados detectados es de 119.555 nuevos casos, de todos ellos, los casos laborales detectados en la hostelería han sido 1.176 casos, es decir, menos del 1%. Y los casos detectados en hoteles y otros alojamientos turísticos suman 140.

A pesar de que la hostelería está pagando, con creces, la factura económica de esta crisis, no está reportado los peores datos de contagios en el ámbito laboral: matadero/empresas cárnicas (2.277 casos), temporeros/empresa hortofrutícola (7.025 casos) y el sector empresarial y de la construcción (1.842 casos).

A esos 1.176 casos detectados laborales hay que sumar los 2.280 que según el Ministerio se han producido en ambientes sociales de establecimientos de restauración. En total, serían alrededor de 3.400 casos, el 2,8% de los casos.

Incluso se puede a llegar a pensar que las medidas contra la restauración pueden ser contraproducentes por un efecto discriminación, impulsando fiestas privadas sin que existan restricciones de ningún tipo o medidas de distanciamiento social. De hecho, las reuniones con familiares y/o amigos suman un total de 18.529 casos, seis veces más que el sector de la hostelería.

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