La vinculación ente el mundo financiero y las grandes marcas de automación es muy, muy vieja. Tradicionalmente esto se ha desarrollado a través de las conocidas financieras de marca (y aquellas que no tenían o que no operaban en dicho país recurrían a acuerdos con bancos o financieras locales independientes).
Al Banco de España no le gustan los banqueros sin pedigree
Lo que es mucho más raro es que dicha actividad financiera la desarrollasen a través de bancos y no de financieras. Llegado este momento habrá quien se pregunte qué diferencia hay entre dos tipos de sociedades, igualmente supervisadas por las autoridades financieras. Pues en esencia que los bancos son los únicos autorizados a captar depósitos (a la vista o plazo).
Las financieras no pueden realizar dichas captaciones, ni formar parte de la maquinaria de la reserva fraccionaria, ni ser en definitiva un estanco bancario. Si quieren financiarse deben recurrir a los fondos propios, los préstamos de terceros (de los bancos por ejemplo) o a emisiones de bonos. El chollo es mucho menor (algo que los chicos de GMAC, la financiera de General Motors ya detectó: a un banco se le rescata, a una fínanciera no).
El Banco de España ha puesto muchos reparos a autorizar fichas bancarias en las que el accionista de referencia sea una empresa ajena al sector financiero. El miedo a que el negocio principal acabe usando el banco del que es propietario como caja de financiación está detrás de todo ello. El recuerdo de las quiebras bancarias de los 80 o del caso Rumasa está ahí.
RCI Banque y Volkswagen Bank, bancos 100%
Sin embargo, la UE, la libre circulación de capitales, la libre prestación de servicios impiden el ejercicio práctico de este veto en estos momentos. Dificilmente puede impedir que un residente español transfiera sus ahorros al exterior o incluso que un banco con ficha en un país miembro de la UE preste sus servicios a través de una sucursal en España. Y esos son los dos ejemplos, vinculados a las empresas automovilísticas citadas, que traemos a colación:
- En primer lugar, tenemos a RCI Banque, la ficha bancaria del grupo Renault, que ofrece cuentas y depósitos a plazo (entre otros uno muy gracioso, el llamado Depósito Pepito, con un interés del 3,5%). Su actividad, en principio, se limita a Francia, pero admite la contratación de no residentes de un modo un tanto alambicado (en esencia que tengan cuenta con otra entidad gala para poder usar uno de sus medios de pago para el traspaso de fondos).
- Mucho más sencilla es la segunda opción, la de Volswagen Bank, ya que desarrollan su actividad como sucursal en España de la sociedad alemana. Ofrecen una cuenta vinculada a la domiciliación de la nómina con un tipo del 1,49%.
En el primero de los casos la supervisión y el FGD serían los de Francia, mientras que en el segundo hay supervisión del Banco de España y el el FGD sería el alemán.
Otra diferencia entre ambas opciones es que las cuentas de RCI Banque están en el extranjero, lo que nos obliga a informar puntualmente de la misma a Hacienda (los olvidos se pueden pagar muy caros), mientras que la de VW bank es una cuenta española, con las correspondientes retenciones a nuestra Hacienda.
Luces y sombras de los nuevos bancos
Bienvenida sea la competencia un sector que ha ido perdiendo agentes de una manera desaforada. Al menos toda la competencia que permita ese arbitro estatal que suele inventarse las reglas a mitad de combate para cuidar de sus chicos. Vamos, que más que arbitro es Don King.
También es sumamente positivo que nuevas visiones, ajenas a los usos tradiciones comerciales de la banca standard, prueben a introducir diferentes modos de relación con los clientes (de explotar el nombre de la entidad e incluso diría que del país, como se percibe en el anuncio de la filial mexicana que podemos ver a continuación), de gestión del negocio bancario (internet, acuerdos agenciales, etc). En definitiva, que el sector salga un tanto de su zona de confort, que busque nuevos referentes.
Ahora bien, esas luces no pueden ocultarnos las sombras que les acompañan:
- La concesión de esos nuevos estancos bancarios lo que que hace es darle un carácter aún más sistémico, más "estratégico", a los gigantes del automóvil. Más allá de la diversificación, más allá de intentar escapar de un sector tremendamente maduro y que no pinta bien a largo, al implicar a las economías domésticas como depositantes y al formar parte del "consenso bancario del Sistema", la ortodoxia va a rescatar a esos bancos, sí o sí. Os vuelvo a remitir al antecedente de GMAC.
- Y, siguiendo con el ejemplo de GMAC, los miedos del Banco de España no son infundados. Hoy por hoy se está produciendo el extraño caso (dado el pasado reciente) de que la actividad financiera de los grupos de automación se este considerando un centro de beneficios en sí misma, pero difícilmente se podrá impedir que el día de mañana se vuelva a usar como una herramienta comercial para salvar las ventas de coches. La diferencia es que ahora ese cambio de política comercial afectaría a los clientes de un banco.
Los tiempos están cambiando. O quizás no tanto.
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