Se nos suele acusar a los europeos en general, y a los españoles en particular de, a pesar de cierta pose antiestadounidense, seguir sus modas y tendencias al pie de la letra. Tengo mis dudas, aunque sin duda la influencia es enorme. Lamentablemente, me temo que dicho seguidismo en el caso español no llega al mundo de la financiación universitaria, por poner un ejemplo. Ojalá las universidades españolas contasen con su propios endowments: fondos de inversión, patrimonialistas, con los que se financian buena parte de las actividades académicas.
Más alla de las catedras financiadas por la iniciativa privada, de un caracter más bien voluble y sin una vinculación afectiva, los endowments se corresponden con ese momento tipo de le película norteamericana en que invitan a la exalumno de exito a hacer una contribución que salvará a la institución. Anualmente, las universidades se lanzan a la captura de fondos con los que nutrir este endowment. El fundraising al poder.
La finalidad de dichos fondos no es aplicarlos directamente al gasto o inversión universitario. Todo lo contrario. Se trata de nutrir ese endowment, esa masa patrimonial, para que la Universidad obtenga de sus réditos las sumas que precise, especialmente el capítulo dedicado a becas, por poner un ejemplo en el que tanto nos distinguimos los españoles de ellos (para mal, aquí se ha becado históricamente la mediocridad).
Pensemos por ejemplo en el mayor de dichos endowments, el correspondiente a Harvard. Más de 27.0000 millones de dolares gestionados, que contribuyen a financiar una tercera parte del presupuesto universitario. ¿Más cifras? En 20 años una rentabilidad media anual de un 12%. ¿Cómo? Destinando aproximadamente la mitad del fondo a inversiones tradicionales (Renta variable y fija) y la otra a activos inmobiliarios, capital riesgo, hedge funds, etc, en un intento de descorrelación frente a los mercados financieros tradicionales.
Me gustaría señalar tres aspectos sobre esta herramienta financiera:
<li>Las universidades se crearon en su día como reductos frente a la injerencia del poder político. como centros de conocimiento ajenos a las disputas banderizas. En dicho sentido, la existencia de estos endowments so<strong>n una auténtica garantía de independencia</strong> frente a intereses ajenos, ya provengan de la esfera pública o privada.</li>
<li>No estoy muy seguro de que las aportaciones de los antiguos alumnos sean realmente una donación. Más bien diría que <strong>se trata de una inversión de dichos exalumnos</strong>. Dicha vinculación con su alma mater, dicha potenciación de la marca que llevan impresas sus títulos, el conseguir atraer con esos fondos a las mejoras generaciones futuras, etc, todo ello no puede más que considerarse en una apuesta a largo plazo que refuerza la opción educativa que eligieron. Me sorprende la cortedad de miras de la inmensa mayoría de las universidades españolas, públicas y privadas, incapaces de ir más allá, en el mejor de los casos, de asociaciones de alumnos de medio pelo. Cabría preguntarse si es un error o es una gestión intencionada el no potenciar estos grupos de influencia.</li>
<li>Cabe preguntarse que papel juegan en el éxito financiero de estos endowments <strong>las relaciones sociales de dichas instituciones</strong>. Salvando el hecho de que doy por supuesto que se respeta escrupulosamente los limites de la información privilegiada es obvio que tienen más facilidades para detectar oportunidades de inversión (¿cabe recordar donde nació Facebook?). Pero dicha información, dichas relaciones cualificadas entiendo que también pueden jugar a la contra, en el sentido de ver mermada, se quiera o no, la independencia de los gestores de los fondos ante las sugerencias del establishment universitario, de donantes generosos, etc...</li>
Sin duda esta es una opción que merece explorararse por las universidades españolas: constitución de un marco fiscal ventajoso, vinculación efectiva de ese grupo de exalumnos, fijación de porcentajes destinados a operaciones de capital-riesgo, etc...siempre y cuando queramos universidades independientes, universidades dignas de tal nombre.
Más información | GurusBlog, Harvard Management Company