Y es que ser autónomo hoy en día se ha convertido en una profesión de infarto en la que la persona física (no jurídica) se juega muchísimo en función de la salud económica de su negocio. Una auténtica vergüenza que en nuestro país se penalicen las ganas de trabajar con trámites, burocracia e impuestos, muchos impuestos.
Un amigo me decía hace tiempo: "No me llames autónomo, llámame emprendedor", eufemismo con el que se trata de eliminar la connotación negativa asociada al concepto de autónomo. Ojalá nuestros gobernantes aprendan pronto que hacerse autónomo es algo más que una forma de sacar a alguien de la lista del desempleo. Los autónomos generan empleo y riqueza en nuestro país. Libertad absoluta y cero trabas para estos luchadores.
En El Blog Salmón | Desaparece el límite de edad exigible para capitalizar el paro y poder ser autónomo, una buena idea