El Foro Económico Mundial (FEM) nos trae una lista de señales que no estás listo para el liderazgo. Como es muy normal aspirar al liderazgo a lo largo de la carrera profesional, es importante asegurar que uno esté preparado cuando se presenta la oportunidad para entrar en ese tipo de puesto. Si ya has llegado, mejor hacerlo bien que no confirmar el Peter Principle.
El reto, para cada uno y para los que deciden los ascensos es saber, antes de que viene el ascenso, qué rasgos establecen a unas personas para poder asumir un papel de liderazgo. El artículo presenta varias características personales que, como dicen, serían señales de alerta de que una persona podría no estar listo para una posición de liderazgo. Estas características, brevemente explicadas en el artículo vinculado, son las siguientes:
- La falta de empatía. Si la persona no puede ponerse en la situación de otros y ver las cosas desde otra perspectiva, nunca será un verdadero gran líder.
- El miedo al cambio. Líderes que no pueden aceptar el cambio están destinados a quedarse atrás.
- Demasiado dispuestos a ceder. La capacidad de llegar a acuerdos es muy positivo para un líder. No obstante, si la persona tiene demasiada prisa para ceder en sus ideas o ideales no va a ser un beneficio para el equipo. Es un delicado equilibrio entre la comprensión de cuándo ceder y cuándo defender la posición.
- Demasiado mandón. Es un error muy común pensar que el jefe sólo sabe mandar. El buen jefe no. En realidad, lo contrario es verdad. Alguien que sólo manda encuentra difícil fomentar la lealtad o hacer que los subordinados se sienten capaces. Los verdaderos líderes tienen seguidores que quieren ser liderados por ellos.
- Flojo o indeciso. Los líderes deben tomar decisiones y si una persona siempre parece vacilar sobre opciones, grandes y pequeños, probablemente tendrán dificultad en una posición de liderazgo. Indica una falta de confianza en sí mismo.
- No sabe juzgar a las personas. Una persona que es débil en juzgar a otros, sea amigo o compañero, incluso buscando excusas para ellos, sería incapaz de ver el carácter verdadero de otros sin saber rodearse con las personas que le pueden ayudar a llegar a la cima.
- Sin equilibrio. Alguien que es el primero en la oficina todos los días y el último en salir podría parecer como un gran candidato para el ascenso. No obstante, se puede cuestionar si tienen un equilibrio en sus vidas. La falta de equilibrio puede ser un indicador del burnout, el agotamiento, y también puede ser una señal de que pueden tener expectativas poco razonables del resto del equipo.
- La falta de humildad. La persona que actúa como si lo puede hacer todo y que es el único que puede hacer las cosas bien, es poco probable que suba a ser un gran líder. Siempre va a estar muy ocupado haciendo el trabajo de todos los demás.
Si queremos aspirar a ser jefe, estas pistas pueden ayudarnos a mejorar. Si ya lo somos, pues a ver si cumplimos y no demostramos estas señales.
¿Qué os parece, aprueban vuestros jefes?
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