Aunque no lo parezca, hay algo aún más difícil que el hecho de que un trabajo nos dé para vivir, y es que nos haga felices. Sin embargo, hay empleos que proporcionan mucha más satisfacción que otros y eso es lo que vamos a ver hoy, según los datos.
Como comprobaremos, es posible que alguno se lleve más de una sorpresa, porque piense que esa clase de trabajos están entre los más pagados.
No es así y el tema es más complicado de lo que parece, empezando por los propios datos disponibles.
La complejidad de medir los trabajos más felices
Lo cierto es que, a la hora de valorar esta cuestión, es complejo extrapolar. Las condiciones de trabajo de un mismo empleo, en distintos lugares, por ejemplo, pueden ser muy diferentes.
Ser médico en un país sin muchos medios, o en condiciones de guerra, no se parece en nada a ser un neurocirujano famoso de un hospital de Nueva York.
A eso se une el hecho de que investigar ciertas características, como la felicidad, ha de hacerse necesariamente con métodos tan subjetivos como encuestas de satisfacción, pero menos es nada.
Por eso, vamos a intentar compensar las limitaciones, en la medida de lo posible, recogiendo datos de diferentes fuentes, para tratar de identificar patrones y coincidencias.
Eso nos acercará a una imagen más fiel sobre el tema.
Los trabajadores más felices son...
Según datos de Studyfinds, que están entre los más recientes que se han recogido (lo que tampoco es decir mucho), los trabajadores más felices serían:
- Fisioterapeutas.
- Bomberos.
- Maestros.
- Asistentes educativos.
- Analistas de control de calidad.
Curiosamente, la foto no es muy diferente de datos bastante más antiguos, como los de la Universidad de Chicago.
En ellos encontramos, por ejemplo, este otro ranking de trabajadores más felices:
- Sacerdotes.
- Bomberos.
- Fisioterapeutas.
- Escritores y autores.
- Profesores de educación especial.
- Maestros.
- Artistas en general.
- Psicólogos.
Curioso lo del sacerdocio, que es probable que en otros datos no se considere, ya que no aparece entre las profesiones más satisfactorias.
Descartando esa anomalía, bomberos y fisioterapeutas serían las dos profesiones más felices que podemos elegir.
Y si examinamos el resto, podemos encontrar un patrón.
Parece que lo «vocacional» es la clave y nos sirve para tragar los inevitables sapos de cualquier trabajo y, aun así, sonreír más que los demás al final del día.
Hay otras fuentes, pero su metodología resulta a veces un poco dudosa, o bien están realizadas desde las expectativas futuras de estudiantes, no desde la satisfacción real de quien ya trabaja en ello, como es el caso de lo visto hasta ahora.
Por eso, a veces, en esas encuestas universitarias aparecen trabajos que se consideran deseados y felices, como desarrollador de software, por ejemplo.
Las buenas condiciones salariales y que, a priori, un programador es un profesional cotizado, influyen. Pero, cuando analizamos la otra cara de la moneda, no parece que las expectativas coincidan con la realidad, como suele ser habitual.
Cuáles son los trabajos que más odia la mayoría
Lo cierto es que, cuando analizamos los empleos más insatisfactorios, hay aún menos datos.
La empresa Career Bliss hizo una gran encuesta hace años y estos son los trabajos que más infelices hacen a quienes los desarrollan:
- Director o responsable de Tecnologías de la Información.
- Director de ventas y marketing.
- Product manager, ese término para abarcar un enorme abanico de responsabilidades sobre el producto de una empresa.
- Desarrollador web senior.
- Técnico especialista en infraestructuras tecnológicas.
- Técnico en electrónica.
- Alguacil y ayudante legal en juzgados.
- Analista de soporte técnico (los que te dicen si has probado a apagar y encender cuando les llamas por un problema).
- Operadores de maquinaria de control numérico (tornos, molinos...)
- Responsable de marketing.
Como vemos, la tecnología parece mucho más satisfactoria si la miras desde fuera que cuando trabajas dentro...
La cuestión con estos datos también está en que todos son de países anglosajones y lo cultural puede tener un impacto importante en estos rankings.
Por eso, ¿es lo mismo aquí en España?
Veamos qué podemos analizar en ese caso y si coincidimos.
Cuáles son los trabajos más felices en España
Si nos ceñimos a nuestro país, la falta de referencias también es notable.
La empresa Adecco realiza encuestas anuales de satisfacción y felicidad, pero, últimamente, no parece desglosar como antes la felicidad por empleo concreto (o no está disponible públicamente), aunque sí hay algunos datos prepandemia.
En ellos, las profesiones más felices en España resultaban ser:
- Deportistas.
- Investigadores.
- Maestros.
- Médicos.
- Psicólogos.
- Periodistas.
- Bomberos.
Como vemos, nuevamente son del tipo "vocacional", aunque es probable que, con el deterioro de las condiciones en los últimos años, y esa pandemia de la que hablaba, algunas profesiones no repitieran clasificación si preguntaran hoy.
Médicos, especialmente, o periodistas, cuyas condiciones y valoración social han descendido mucho en los últimos tiempos (de hecho, es de las profesiones más denostadas), es probable que no aparecieran tan alto actualmente.
Qué factores hacen que un trabajo nos haga feliz o desdichado
Como vemos, los datos en el podio pueden ser diferentes según cómo y a quién preguntes, pero al parecer sí hay factores comunes que hacen que un trabajo nos proporcione más felicidad.
Para empezar, aunque no son los que más pagan, esos empleos felices proporcionan una situación salarial y laboral (en cuanto a condiciones y estabilidad) que no suelen estar nada mal.
Así, el sueldo se da por descontado, pero es la base de nuestra particular pirámide de Maslow.
Es decir, si no es adecuado, todo lo demás no importa y, hasta que arregles eso, estás construyendo sobre arena.
Por eso, conceptos de agencia de marketing como «salario emocional» y similares, tan repetidos a veces, no tienen sentido y resultan contraproducentes sin un salario monetario adecuado.
Sin embargo, aunque sea bueno, ese salario monetario no va a hacer que un trabajo nos convierta en personas felices por sí solo. Hace falta más, como vemos en la poca satisfacción que otorgan profesiones técnicas muy bien pagadas.
Así, salvar vidas como bombero o tener una enorme influencia en dichas vidas, como en el caso de los maestros, es algo que puntúa alto la mayoría de veces.
Sin embargo, si nuestro trabajo no es de ese tipo vocacional, no pasa nada, hay esperanza.
Porque entre lo más importante, de nuevo según los datos, están los compañeros, nos dediquemos a lo que nos dediquemos.
Si nos apoyan, hay buen ambiente, somos apreciados por lo que hacemos y nos sentimos parte de un grupo en el que nos sentimos a gusto, la felicidad sube.
Eso muestra que, al final, somos humanos. Seres sociales buscando un sentido y que ansiamos pertenecer a algo más grande que nosotros, casi más que nada en el mundo.
Lo que queda claro es que, si bien algunos llegamos tarde para las pruebas de bombero, puede que aún estemos a tiempo de aprender a curar o restaurar la felicidad en otros, para así tener también la nuestra.