Lo primero es hacer una lista de la compra, como la que hacían nuestras madres, y olvidarnos de esa costumbre de ir a compara al super de turno. Si haces la lista con lo que verdaderamente necesitas y te atienes estrictamente a comprar lo que en ella esté y no caer en las trampas de las cabeceras de los lineales o la compra impulsiva en la linea de cajas, te puedes ahorrar unos buenos euros. Si incluso has hecho los deberes y comparas varios sitios donde comprar, puedes ahorrar más eligiendo el mejor proveedor para cada producto, siempre y cuando no te tengas que recorrer varias veces la ciudad de un lado para otro y lo ahorrado lo gastes en carburante.
También cuidate de dejarte las luces encendidas más de la cuenta y más teniendo en cuenta que hay idea de subir una barbaridad las tarifas. Además deberás ver si los servicios de que disfrutas en casa te son realmente imprescindibles. Cada vez empieza a ser menos justificable la televisión de pago dado el aumento de canales por el despliege de la TDT. Al fin y al cabo van a tener la misma mala programación y el fútbol lo puedes ver en el bar de la esquina.
En definitiva, sé responsable con tus gastos y analiza los que te son imprescindibles y los que no te van a quitar la vida por no tenerlos. Trata de ahorrar, si es que al final puedes hacerlo, porque los tipos de interés seguirán subiendo y la hipoteca, que dificilmente te puedes quitar de encima va a subir.
En El Blog Salmón | ¿Cómo nos apretamos el cinturón?