La financiación de la Iglesia se lleva a cabo mediante las aportaciones voluntarias de los contribuyentes del IRPF que marcan la casilla al efecto en la declaración de la renta. Esta financiación, deriva un 0,7% de la cuota íntegra del IRPF que cada contribuyente desea destinar a financiar a la iglesia católica.
Desde hace algunos años, la Iglesia realiza una campaña publicitaria bastante intensa por todos los medios de comunicación con el objetivo de conseguir que los contribuyentes marquen la casilla de la declaración de la renta que les asigne esta cuota tributaria. Los resultados de dicha campaña confirman que funciona bastante bien, dado que han conseguido aumentar año tras año los contribuyentes que marcan esta cruz en la casilla de la renta.
Mediante el IRPF del ejercicio 2008, la Iglesia ha obtenido unos ingresos de 252,6 millones de euros, mediante las aportaciones del 34,31% de declarantes al IRPF. El número de declarantes que asignan cantidades a la iglesia ha aumentado un 5% aproximadamente en términos interanuales.
Pero es curioso, la cuota íntegra media que se obtiene de estas declaraciones. La aportación media de cada declarante es de 36,10 euros, lo que implica una cuota íntegra media de 5.147 euros por declarante. Esta cuota íntegra corresponde con una base imponible media de 21.987 euros. Sin conocer la desviación típica de la distribución, podemos comparar estos datos con la declaración del año anterior y vemos que la recaudación de la Iglesia es bastante homogénea con los datos medios del IRPF del 2007.
En el ejercicio 2007, la base imponible liquidable media de los declarantes fue de 21.755 euros y la cuota íntegra de unos 5.005 euros, con lo que no se puede afirmar que la distribución de la financiación de la iglesia católica muestra una homogeneidad parecida a la declaración del IRPF.
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