Si se trata de ir a las claras, hay que hacerlo. Y en verdad, lo que vemos es un claro problema con la terminología. Se habla de recuperación, y se tiende a pensar que esto es ya síntoma de alivio, de que hay un pronto retorno a julio de 2007, antes de que la economía mundial comenzara a tambalearse y a vivir el mayor desplome de la historia. Como hemos dicho en otros artículos, el término de la caída libre de la economía mundial, no significa que la crisis se haya terminado. Un título de estos artículos es bastante claro: Ya tocamos fondo, pero seguiremos ahí. Para muestra, este mapa interactivo que nos muestra la situación económica de cada país.
Para algunos, salir del infierno implica de inmediato llegar al cielo. Por eso es que hay que ser muy claros para explicar que estamos en realidad en el purgatorio, viviendo aquello graficado en La larga cabalgata por el desierto, al atardecer. Puede que Estados Unidos comience a crecer (para eso han sido los billonarios rescates), pero eso no implica que habrá una rápida recuperación en el empleo. Más aún cuando la propia Cristina Riomer ha señalado que el desempleo seguirá aumentando hasta el próximo año.
La lectura del texto de Olivier Blanchard es muy clara en este aspecto. Las perspectivas de crecimiento mundial son muy débiles y China, con una quinta parte de la población mundial, pero con un vigésimo del consumo mundial, no puede reemplazar a Estados Unidos. Hay que recordar que Estados Unidos producía la cuarta parte del PIB mundial, pero consumía el doble de ese PIB, es decir la mitad de todo el PIB mundial. En esto, las matemáticas son implacables. Estados Unidos puede comenzar a crecer al 1%, pero ese ritmo no le alcanza ni para generar el empleo que requiere ni para suplir el gigantesco déficit fiscal que en la próxima década llegará a los 9 billones de dólares.
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