La campaña de la renta ya está en marcha desde hace unos días, los cuales han estado protagonizados por la publicación de los ‘papeles de Panamá’, que han desvelado una trama mundial de sociedades opacas creadas por el despacho de abogados panameños Mossack Fonseca para personalidades, artistas, deportistas de élite, aristócratas y empresarios de todo el mundo.
Los españoles hemos conocido que personajes de la talla de la Infanta Pilar, Mario Vargas Llosa, Pedro Almodóvar, Leo Messi -una vez más-, David Cameron o el ya exprimer ministro de Islandia -al que estas revelaciones han obligado a dimitir- se aprovechaban de los paraísos fiscales para pagar menos -o no pagar- impuestos a la vez que nosotros comenzábamos nuestro ajuste de cuentas anual con Hacienda. Además, la respuesta del gobierno en funciones ha sido antológica, pues el ministro Montoro ha sacado petróleo de la situación alegando que los españoles que aparecen en ese listado regularizaron su situación gracias a su amnistía fiscal -sí, esa por la que numerosos defraudadores pudieron regularizar sus bienes en el extranjero a un ridículo 10% de tributación-.
Pero dejando de lado los famosos papeles panameños, muchos se harán una pregunta a la vista de la afición de las grandes fortunas por huir con su dinero a otra parte para ahorrarse la factura fiscal.... ¿Cómo es la declaración de la renta de un millonario? ¿Es tan elevada que les hace irse a estos paraísos fiscales?
Tras la reforma del IRPF adelantada el año pasado por el gobierno, la escala de tipos del IRPF se redujo de siete a cinco, una rebaja que ha sido sustancialmente provechosa para las rentas altas. En 2014, los contribuyentes con ingresos anuales superiores a 300.000 euros pagaban un tipo del 52%, es decir, más de la mitad de sus ganancias. Ahora, con esta simplificación de tipos, las rentas superiores a 60.000 euros tributan a un tipo del 45%. Es decir, a las personas que tienen unos ingresos de entre 60.000 euros y 300.000 euros les han bajado siete puntos la presión fiscal en solo dos años. ¿Pero es justo que una persona que gana 60.000 euros tribute igual que una que llega a 300.000 euros? Claramente, esta reforma fiscal es más beneficiosa para las rentas más elevadas.
Los ricos pagan mucho en España...comparados con sus vecinos
Si bien no es tan sencillo afirmar que los ricos pagan pocos impuestos, o menos de lo que les correspondería. Hace poco más de un año el Banco de España publicó un informe acerca de la presión fiscal en España respecto al resto de la UE de los 27 que despeja muchas dudas y mitos. Según estos expertos, España es uno de los países de la región que más grava la riqueza, ya que, a parte de la presión fiscal, es de los pocos que todavía tiene vigente un Impuesto sobre el Patrimonio.
La media impositiva de la UE sobre la riqueza es del 16,7%, frente al 17,8% de España, pero no solo eso, el peso de la recaudación procedente de las rentas más altas en el PIB español es del 2,8%, mientras que en la UE de los 27 es del 1,9%. La principal causa de estas diferencias es la mayor presión fiscal en España sobre el patrimonio inmobiliario.
No obstante, los papeles de Panamá han demostrado que a las grandes fortunas no les gusta pagar casi un 50% por sus ingresos, lo que hace que intenten eludir el IRPF canalizando sus ingresos a través de sociedades de diferente composición. Los millonarios no son tontos, o al menos no lo son sus asesores fiscales, lo cual les da una ventaja sobre el resto de contribuyentes a la hora de aprovechar los numerosos huecos que tiene la legislación.
Los ricos no ponen sus propiedades a su nombre, las ponen a nombre de sus sociedades, lo que hace que tengan que pagar menos al fisco por ellas. Igual pasa con sus rentas por el trabajo. Una prueba de ello es que desde que empezó la crisis, el número de adinerados que pagan IRPF-personas que ganan más de 600.000 euros al año- ha caído en más de 6.000 personas hasta 2013, ya que entonces había 10.580 frente a los 4.553 contribuyentes de este rango que hay ahora.
Pero no solo han bajado los contribuyentes en el rango más alto de ingresos, también los que están por debajo y se siguen considerando elevados, como los que van desde 150.000 euros a 600.000, que se han reducido en un 40%. Aunque la caída de los salarios puede explicar parte de esta desaparición de grandes rentas -ya que al tramo de entre 21.000 y 60.000 euros se sumaron 300.000 nuevos declarantes en estos años-, la huída de muchos de ellos también ha sucedido, sobre todo desde que el PP subió los impuestos para atajar la crisis.
¿Cómo pagan, pues, los millonarios sus impuestos? Pues a través de sus sociedades. En España el Impuesto sobre Sociedades, por el que se pagan los rendimientos que obtienen las empresas, tiene un tipo general del 25% tras la reforma fiscal, no obstante, el tipo medio efectivo deja a la luz la clara desigualdad existente entre las grandes corporaciones y las pequeñas, pues éste es de casi el 15% para las pymes y de apenas el 6% para las multinacionales.
Pero hay otra figura mucho más beneficiosa a la que los partidos políticos ya han prometido poner coto. Se trata de las famosas SICAVS, cuyas plusvalías solo tributan al 1% por el Impuesto de Sociedades. Para crear una de estas sociedades de inversión de capital variable hacen falta 100 accionistas, no obstante, lo que se viene denunciando es que normalmente solo uno de ellos -la gran fortuna- ostenta el 99% del capital, mientras que el 1% restante se lo reparten lo que se ha denominado como ‘mariachis’, es decir, accionistas de pega o testaferros. Pero el verdadero problema fiscal de estas sociedades es que muchas veces se usan para camuflar gastos sin pasar por la caja de Hacienda, como ya explicamos hace tiempo por aquí.
Algunos de los mayores patrimonios de España cuentan con uno de estos vehículos, tales como Alicia Koplowitz, Manuel Palatchi (Pronovias), Juan Abelló o la familia del Pino (Ferrovial), mediante el que canalizan sus inversiones y se ahorran numerosos impuestos.
Para bienes inmobiliarios… sociedades patrimoniales
Para evitarse pagar por sus inmuebles en el IRPF, lo que sería más costoso, los millonarios que tienen muchas propiedades inmobiliarias suelen crear una sociedad patrimonial para tributar por sociedades y poder así compensar pérdidas, aunque no les exime de pasar por la caja de Hacienda.
Todo esto puede derivar en situaciones tan perversas como la de Vicente Grande, un potentado balear que hace unos años, tras declararse sus empresas en suspensión de pagos, tuvo una grata sorpresa por parte de Hacienda, pues la declaración de la renta le salió a devolver en la nada despreciable cantidad de 6.000 euros.
Este hombre, que era el presidente del equipo de fútbol del Mallorca, tenía todas sus propiedades a nombre de sus empresas, las cuales tenían una elevada deuda, la cual no le afectaba él, lo que le permitió cobrar ese ‘aguinaldo’ por parte de la Agencia Tributaria, una devolución que es probable que tenga su origen en las jugosas deducciones de las que se benefician las grandes fortunas en la declaración del IRPF, de las cuales no goza el contribuyente medio, al que este año ya le han quitado hasta la estatal por el alquiler de vivienda habitual.
Por todo esto, las declaraciones de la renta de la mayoría de los millonarios dejan muchas injusticias fiscales al amparo del sistema, pues todos los métodos anteriormente mencionados son perfectamente legales. Si bien hay que dejar claro que si los ricos pagaran por IRPF todo lo que ganan y tienen, su declaración sería justa, pues el importe absoluto que pagarían a Hacienda -y que muchos pagan- es de los más elevado de la UE.