Donald Trump cierra su mandato para dar el mando al ya presidente electo Joe Biden. Trump se apoyó en argumentos económicos en su intento de reelección pero, curiosamente, si hablamos de la economía ha favorecido al demócrata Joe Biden debido a que ganó en condados que representan el 70% del PIB del país.
Dejando de lado excentricidades de Trump, tras la finalización de su mandato toca evaluar si, con sus políticas, la economía estadounidense ha mejorado o no, ya que su llegada prometía disrupción frente la política de su antecesor democrática, Barack Obama.
Para poder valorar correctamente los resultados de sus políticas, veremos en qué lugar se encontraba la economía estadounidense y sus principales indicadores económicos en el inicio de su mandato y en qué punto han finalizado. Por supuesto, hay que tener en cuenta la realidad de la pandemia y que ha desvirtuado notablemente los indicadores y que ello pueda alterar el análisis de la gestión.
La economía en manos de Trump
Si nos situamos en contexto, después de la administración demócrata de Obama, veíamos una tendencia de desaceleración de la economía. Si en 2015 la economía creció a una tasa del 2,9%, en 2016 se conformó con el 1,6%. Esta tendencia consiguió revertirse tras la entrada de la administración Trump. En 2017 consiguió un crecimiento del 2,4%, en el siguiente aceleró hasta el 2,9% y en 2019 se quedó en el 2,3%.
Tiene cierto mérito que pudiera acelerarse la economía estadounidense en un contexto de alza de tipos de interés que se prolongó hasta septiembre de 2019. Incluso, la tasa de crecimiento del PIB alcanzó un máximo del 3,9% en el último trimestre de 2017. Pero hasta 2019, la tasa media de crecimiento fue del 2,5%, en línea con la tendencia que heredó.
Parte de este crecimiento debe asignarse a una política fiscal especialmente expansiva que ha impactado en el déficit público. En su mandato se ha aumentado contínuamente el déficit federal y Trump ha puesto la deuda del gobierno de los Estados Unidos en su trayectoria de mayor auge desde la Segunda Guerra Mundial. Pero descontando el efecto del coronavirus, los masivos recortes de impuestos aprobados por el Congreso en 2017 ya estaban añadiendo cientos de miles de millones de dólares al déficit.
Si observamos únicamente la deuda federal estadounidense, llegaría al 98% del PIB del año fiscal 2020 en septiembre, mientras que en 2019 estaba en el 79% y cuando entró en la Casa Blanca se ubicaba en el 70%. Casi 30 puntos de deuda sobre PIB en tan solo cuatro años.
En el año de la pandemia se ha impulsado un gasto a corto plazo que el déficit ascienda a 3,3 billones de dólares solo este año, lo que se traduce en un 16% del PIB. El déficit de este año supera todos los déficit anuales anteriores desde 1945.
Volviendo al crecimiento del PIB, en 2020, Estados Unidos cerraría con una caída del PIB del 4,3% resultado de la pandemia. Es un dato pésimo frente a la comparativa histórica pero lo cierto es que ha tenido un mejor comportamiento dentro frente a países desarrollados que habrían visto una contracción del 5,8%.
El mercado laboral alcanzó su mejor tasa en cinco décadas antes del coronavirus
Si examinamos el mercado laboral, el dato del desempleo alcanzó el 6,7% en diciembre, mientras que cuando Trump llegó en 2017 era del 4,8%.
El coronavirus y el frenazo de la economía llevó a registrar un desempleo del 14,7% en abril, el nivel más alto desde la Gran Depresión de la década de 1930. Ahora, nos encontramos con una tasa de desempleo que se sitúa ahora básicamente en el mismo lugar antes de que Barack Obama tomara posesión del cargo en medio de una crisis financiera.
Sin embargo, sin el efecto coronavirus, lo cierto es que se consiguió unos magníficos resultados. En 2019, la tasa de desempleo alcanzó el 3,5%, la tasa más baja en cinco décadas. Y en el período 2016-2019, la economía añadió más de 7 millones de puestos de trabajo, superando con creces la previsión de 1,9 millones para su mandato.
Es importante señalar que la tasa de desempleo de muchos grupos históricamente desfavorecidos también ha alcanzado mínimos históricos. La tasa de desempleo de los afroamericanos ha alcanzado el nivel más bajo registrado, y también se han alcanzado mínimos históricos en el caso de los asiáticos, los hispanos, los indios americanos o los nativos de Alaska, los veteranos, los que no tienen un título de enseñanza secundaria y las personas con discapacidades, entre otros.
El pleno empleo ha sido una de las bazas para la reducción de la pobreza, con un nivel de reducción sin precedentes. Si enfocamos el período 2016-2019, 6,6 millones de personas salieron de la pobreza, la mayor reducción de 3 años tras iniciar una presidencia desde 1964.
El error de la guerra comercial
Podríamos pensar que los buenos datos del mercado laboral se deben a la política proteccionista de Estados Unidos enfocada contra China para ensalzar su industria manufacturera nacional. No obstante, los resultados han sido muy modestos en términos de aumento del empleo en los Estados Unidos.
En marzo de 2010 (el punto más bajo después de la crisis de 2008-2009), el empleo en la industria manufacturera alcanzó los 11.453 millones de personas y cuando Trump llegó al poder en febrero de 2017, esta cifra había aumentado a 12,38 millones y se elevó a 12,83 millones en marzo de 2020. En otras palabras, alrededor de 400.000 nuevos puestos de trabajo aparecieron en el sector manufacturero bajo Trump para la primavera de 2020 (durante casi cuatro años).
Desde que asumió el cargo, Trump ha impuesto unilateralmente numerosos aranceles nuevos sobre el acero, el aluminio y una variedad de productos de China, creando una presión al alza sobre los precios en Estados Unidos. Según los niveles de importación de 2019, los aranceles estadounidenses y de represalia afectan actualmente a más de 460.000 millones de importaciones y exportaciones.
Su aranceles han supuesto unos los costes anuales para el consumidor en aproximadamente 57.000 millones de dólares anuales, lo que ha supuesto un error que han pagado los estadounidenses.
Como punto positivo es que en la etapa última de Trump se acercaron posturas con China y los aranceles se redujeron como parte del acuerdo comercial de "fase uno" con China. En este acuerdo, Trump redujo los aranceles previamente impuestos el 1 de septiembre de 2019, del 15% al 7,5% sobre 120.000 millones de dólares, suspendió los aranceles del 15% que estaban previstos para entrar en vigencia el 15 de diciembre de 2019 y suspendió indefinidamente el aumento en el tercer tramo de aranceles del 25 al 30%.