La consecuencia del número de hijos en España y Occidente: cada vez más robots, automatización y "recoja usted la mesa"

En 2022, nacieron  329.251 niños, un 24 % menos que diez años antes. Tendencia de mínimos que hace décadas que arrastra España: en el año 2000, hubo casi 400.000 nacimientos; en 1980, 571.018; durante el baby boom, en el año 1968, 667.331.

Los años que cimentaron la pirámide poblacional y el sistema de pensiones cada vez se ven más lejos. Hoy, en cambio, parece que nos encaminamos hacia la automatización, la robótica y el declive del sector servicios.

Occidente y el miedo

Esta tendencia no es exclusiva en España. Occidente vive lo mismo, o un varapalo similar: menos hijos, y más pobres de lo que han sido sus padres. Se confirma que los culpables son los sospechosos habituales: el envejecimiento de la población y la ineficacia de la mayoría de los sistemas fiscales.

Para sostener el actual sistema de pensiones, un análisis desde Allianz confirmaba que será necesario retrasar todavía más la jubilación y una verdadera avalancha de inmigrantes: 24,6 millones de trabajadores antes de 2053: o sea, de 250.000 a 336.000 extranjeros en edad de trabajar por año, según distintas estimaciones, para completar la fuerza laboral que ya está aquí, o nacerá en la próxima década.

En esta tesitura, se abren opciones agregadas más que complementarias, como la integración de, cada vez, más robots en el entorno industrial (en 2024, en el mundo se instalarán 600.000 más). En España, durante 2022, las instalaciones aumentaron hasta las 3.800 (un 12 %), principalmente vinculadas a la industria del automóvil y el metal.

Del apoyo laboral a la automatización

Sin embargo, la robótica pronto dará el salto al sector turístico, a la atención de personas mayores y enfermas (con todos los flecos éticos que cuelgan por ahí) e incluso a la automatización —por lo menos, en parte—, de muchos otros sectores, desde la restauración a la atención al cliente.

Esto no siempre es una buena noticia: una IA, puede revisar y filtrar tu currículo según palabras clave, pero también puede tenir prejuicios, todavía  (como ocurrió en Amazon, en 2018), y penalizar a mujeres o minorías.

La realidad es más compleja de lo que parece: si bien España tiene varios sectores con potencial para la automatización (automovilístico, materias primas), también se percibe como un riesgo al posible desempleo (aun así, a países como Alemania o Corea del Sur no les ha ido mal), puede afectar a los riesgos laborales, los salarios e incluso a los derechos del trabajador.

Sin soluciones mágicas

Las opciones están limitadas al contexto. La hostelería es un sector que ha seguido creciendo tras la pandemia, pero también que ha empezado a reconvertirse a gran escala, como nuevas formas de delivery, take away y autoservicio e incluso robótica e inteligencia artificial, como asistentes e incluso robot-chefs, según la Asociación de Fabricantes y Distribuidores (AECOC).

Comodidad, precios asequibles, rapidez... Según KANTAR, multinacional centrada en insights y consultoría en su informe Turning tables: From dine-in to doorstep, la comida para llevar, el consumo de delivery y los restaurantes de fast-food o comida rápida seguirán creciendo.

Todo indica que España va de cabeza al envejecimiento poblacional, sin soluciones mágicas o centradas en una única dirección. CaixaBank Research propone aumentar la fuerza laboral (un eufemismo para incrementar la natalidad, retrasar la jubilación y promover la inmigración), reducir la tasa de paro (nuevos empleos y sectores, podrían ayudar) e incrementar la productividad; todo ello, encaja bien con los robots y la automatización, y también con las nuevas formas de consumo.

En cualquier caso, quizá no nos extrañe que, en un par de décadas, la mayoría de establecimientos nos pidan que recojamos los platos; y lo que hoy es la norma, se convierta en una rara avis de la alta sociedad. Tiempo al tiempo...

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