La Comunidad de Madrid ha anunciado que ampliará el concepto de familia numerosa a las unidades con dos hijos, en lugar de los tres actuales. La idea, que viene planteada por Ciudadanos, quiere fomentar la natalidad, hundida en España. Madrid será la primera Comunidad en ampliar las ventajas de este colectivo a los que tengan únicamente dos hijos.
Sin embargo habría que plantearse si estas ayudas sirven para algo. Es cierto que la natalidad ha ido bajando con los años en España y que no somos un país excesivamente generoso con las familias, pero también es cierto que existen más ayudas que hace unas décadas y la natalidad no acaba de aumentar. ¿Sirven de algo estas medidas?
La importancia de tener hijos
Antes de nada habría que plantear si es necesario que los Estados den ayuda a las familias por tener más hijos. Y la respuesta es sí. Tener más hijos contribuye a largo plazo al crecimiento del PIB, y el crecimiento económico es la estrategia más adecuada para reducir la pobreza, como hemos visto en las últimas décadas.
Las pensiones, el futuro del país, todo depende de la natalidad. Y en España nos vemos abocados a un futuro bastante negro por nuestra baja natalidad. No somos el único país con estos problemas, pero desde luego tenemos uno de los peores datos de natalidad y esto se está notando ya, con un déficit en el sistema de pensiones que no para de aumentar.
Por tanto es adecuado que los Estados intenten fomentar la natalidad. Pero la duda sigue siendo si realmente las estrategias que están siguiendo funcionarán bien o no.
¿Qué pasará en un mundo sin hijos?
El mundo del futuro será un mundo con menos población, en eso hay pocas dudas. A partir de 2050 el ritmo de crecimiento de población mundial se estancará y en algunos sitios, como Europa, India o China, decrecerá. Y vamos a entrar en un terreno desconocido en la economía moderna: si la población se reduce el PIB caerá, pero puede que sea un decrecimiento del PIB con un aumento del PIB per cápita. La ventas de las empresas no crecerán pero en un escenario donde todos los activos caen de precio por baja demanda esto podría ser sostenible. O no, como digo es un terreno desconocido.
Los activos inmobiliarios también se reducirán de precio. Y esto ya lo estamos viviendo, en la España vacía las viviendas no suben de precio desde hace una década o más. En las ciudades más importantes esto no pasa porque la inmigración mantiene la demanda pero cada vez se concentra más en las más grandes ciudades.
Si un país pierde la batalla contra la natalidad perderá su relevancia mundial. Todos los países (parece) van a tener este problema, pero los que lo sufran menos serán más relevantes que los que pierdan esta batalla de forma total.
Entonces, ayudar a las familias tiene sentido, ¿o no?
Como hemos visto antes las familias con más hijos son las que en el futuro ayudarán a soportar mejor el Estado del Bienestar y nuestro modelo de sociedad actual. Sin hijos nuestro estilo de vida no es sostenible y por tanto tiene sentido que los Estados ayuden a las familias.
Fomentar la natalidad debe ser, por tanto, una estrategia central de los Gobiernos y aquí encaja la política que quiere aplicar la Comunidad de Madrid, dando ayudas a las familias que tengan dos hijos. Sin embargo hay muchas medidas, no solo económicas, que podrían potenciar la natalidad.
Las familias demandan también medidas de conciliación, no solo dinero. Por ejemplo es muy complicado tener hijos si ambos progenitores trabajan con horarios muy extensos. Aquí se puede actuar favoreciendo las reducciones de jornada y horarios razonables en el trabajo, así como extendiendo los horarios de guarderías y colegios (puede ser una solución temporal, aunque personalmente no le veo mucho sentido tener hijos para luego no poder pasar tiempo con ellos y dejarlos aparcados todo el día).
También se pueden ampliar los permisos de maternidad y paternidad, para que la llegada de un hijo no suponga un descalabro total y sea más accesible para toda la población.
Sin embargo hay que tener cuidado al diseñar las medidas, ya que las buenas intenciones pueden tener efectos de segundo orden. Por ejemplo, lo propuesto por la Comunidad de Madrid podría hacer un efecto barrera en los dos hijos, ya que no hay ventajas económicas extra por tener el tercero (como sí sucede hoy). También se ha visto que el aumento de los permismos de paternidad ha hecho que los hombres se impliquen más en la crianza de los hijos (algo bueno), pero esto a su vez ha hecho que el número de hijos se reduzca (cosa no deseable).
En general se podria decir que la sociedad es más próspera y se ha vuelto más cómoda. Criar hijos es un trabajo muy duro y cuantos más hijos más complicado se hace. La conclusión es que cuanta más prosperidad más hedonistas nos hacemos y menos hijos hay. Esto se repite en todas las sociedades aunque hay factores que matizan: por ejemplo en EEUU donde el nivel de religiosidad es más alto que en Europa aguantan mejor la bajada de natalidad; España, donde cada vez somos más seculares y además hay problemas económicos graves, estamos sufriendo este efecto en todo su esplendor.
Por tanto estoy a favor de cualquier medida de apoyo (dentro de la libertad de elección que caracteriza nuestra sociedad) a las familias, porque son las que soportan el Estado del Bienestar y hay que impedir que la gente que quiere tener hijos no los tenga por motivos económicos. Las medidas deben estar bien diseñadas para impedir efectos adversos. Y aún así no creo que este tipo de medidas mejoren significativamente la natalidad porque la tendencia es que queremos tener menos hijos y eso no se apaga con dinero.