El precio de la tonelada de cacao se ha quintuplicado en los dos últimos años. Estamos hablando de los 2.000 a los 11.000 dólares desde finales de 2022. Este verano, a la vuelta de vacaciones, estos costes se reflejarán en las estanterías de los supermercados.
Si bien, el precio para los consumidores ha ido aumentando desde 2021, la industria había podido frenar incrementos que afectasen a la bolsa de la compra, como ha ocurrido con el aceite de oliva, donde el AOVE no llegaba a 3 euros el litro en 2019 y, en el último año, se dispare de los 6 a los 9 euros por litro.
La crisis del chocolate
La brutal subida del precio y esta "crisis del chocolate" encuentra varias causas: el punto en el que, tradicionalmente, se ha concentrado su producción (en el Golfo de Guinea, África, donde los fenómenos atmosféricos de "El Niño" estropearon la producción), la mala salud de las cosechas y la especulación del grano de cacao.
El resultado es que la tonelada estaba a principios del verano a 11.150 dólares, mientras que en 2023 apenas superaba los 2.000 dólares.
Sin embargo, en España, el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) está tratando de seguir una estrategia similar a la que ya se realizó con el cultivo del aguacate y del fresón.
El cacao puede ser... español, español, español
Los investigadores de la finca malagueña de La Mayora ya cosechan cacao y, por primera vez en el continente europeo, lo hacen sin necesidad de calefacción.
Iñaki Hormaza explicaba para El Confidencial que, pese a no ser un experto en el cacao ni en economía, su objetivo es aprovechar su doctorado en Biología vegetal para cultivar productos clave en nuestros mercados, como el fresón, el mango y el aguacate.
Ahora que se ha conseguido el primer hito, falta evaluar la calidad y las posibilidades de reducir el consumo de agua del árbol del cacao. Un problema que ya encontraron con el cultivo del aguacate en el CSIC, donde en épocas de sequía, la producción se sigue resintiendo.
El precio seguirá subiendo
Desde 2021, según los datos de inflación del INE, el precio del chocolate se ha incrementado en un 25 % y el cacao y chocolate en polvo un 35 %. Unas cifras que se podrían moderar en el medio plazo con un incremento notable de la producción en el país.
Las subidas fuertes en el precio a partir del mes de septiembre, como se esperan, llegarán por un motivo muy sencillo: hasta la fecha, los envíos de cacao respondían a contratos anteriores, pero las nuevas partidas de stock se están comprando ya a precios de 10.000 dólares por tonelada y, en gran medida, tendrán que repercutirse en el consumidor.
Dicho de otro modo, se acabó lo de las tabletas de chocolate por debajo de los dos euros. Pese a existir margen de maniobra, los incrementos se moverán entre los 50 céntimos y 1 euro extra por tableta.
Hay margen también según el tipo de chocolate (con leche, más o menos puro, cambios en los ingredientes...), pero dependerán mucho de las reservas con las que cuenten las empresas. En este sentido, las marcas más pequeñas lo tienen peor que las grandes fábricas, como suele ser habitual.
La frágil economía del cacao
El proyecto del CSIC parece más enfocado a la producción de alta calidad (o gourmet) que a proveer de cacao España. Quizá, según da a entender el propio Hormaza, zonas como Canarias podrían acoger mayores plantaciones. No obstante, el proyecto del cacao español deja entrever la fragilidad de un mercado cuya materia prima solo se produce en entornos tropicales.
El pago por las vainas de cacao para los países africanos también está en el punto de mira: unos ingresos que no han permitido innovar ni capear la crisis actual a los agricultores, y que ha supuesto un duro golpe para la rentabilidad global (imaginémonos para los productores locales).
Según Oxfam Intermón, la mayoría de productores ghaneses sobreviven cultivando por dos dólares diarios. El África Occidental sostiene la economía mundial del cacao en condiciones de absoluta precariedad, pero como suele ser habitual, Europa lo advierte cuando la crisis traspasa la frontera africana y llega hasta aquí.
La crisis del cacao ofrece, para España, nuevas oportunidades de inversión y desarrollo en biología vegetal, como el proyecto de Hormaza en el CSIC, pero también debería hacernos más conscientes de la fragilidad del mercado y de cómo la competitividad tiene una cara más trágica para la población africana: más de dos millones de niños trabajan en la industria del cacao en condiciones de riesgo en Ghana y Costa de Marfil.