En este aspecto, si bien el volumen de nuevos despidos del sector privado en Estados Unidos llegó en agosto a 216.000 puestos de trabajo, la crisis arroja un total de 6,9 millones de despidos desde el comienzo de la recesión para ese país. Esto significa la mayor pérdida de empleo desde la segunda guerra mundial. Y aunque el desempleo oficial se encuentra en el 9,7%, el mayor desde la crisis de 1982-83, la cifra real de desempleo es mucho mayor. Por eso que a la hora de buscar salidas a la crisis, el mercado del trabajo se convierte en un problema grave. La incertidumbre que crea en el consumo, en la demanda de bienes y en la inversión, tiene a la economía en una situación de estancamiento dado que no se puede advertir nada claro para el futuro. Las dificultades financieras y las quiebras bancarias que sólo este año llegan a las 85 instituciones, dan cuenta que la economía mundial se encuentra ante un clima general de alto riesgo.
Este creciente problema del desempleo pone de relieve la advertencia dada por Timothy Geithner en torno a que es demasiado pronto para salir del estimulo económico y que se requieren esfuerzos adicionales para estabilizar la economía. Incluso el Fondo Monetario Internacional ha señalado que las medidas de estímulo deben mantenerse hasta que crezca el empleo. Sin embargo, dado que los costos de la crisis ya superan los 12 billones de dólares, hacen dificil pensar en estimulos adicionales.
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