Esto confirma la fragilidad de la recuperación económica de Estados Unidos, que a siete años del estallido de la crisis, sigue sumida en el estancamiento, pese a los cientos de miles de millones de dólares inyectados para aliviar los balances bancarios. Se demuestra que el sistema financiero no puede hacer nada por la recuperación dado que es un parásito de la economía real. Pero mientras ésto no lo descubran los gobiernos e instituciones como el FMI, las cosas continuarán empeorando.
Gran parte del deterioro económico fue resultado de los magros datos del comercio mundial, que está sufriendo el mayor desplome de las últimas décadas. Para Estados Unidos, la debilidad del comercio influyó en los malos resultados del PIB. Las exportaciones estadounidenses de bienes se redujeron a su peor nivel desde el primer trimestre de 2009, en medio de la recesión, mientras que las importaciones totales subieron. La actual fortaleza del dólar inhibe a las empresas de Estados Unidos, dado que esto aumenta el costo de los productos estadounidenses en los mercados mundiales. Empresas como Microsoft y Procter & Gamble han advertido la presión del tipo de cambio en sus beneficios y ventas. Un dólar más fuerte desincentiva la demanda extranjera de bienes fabricados en Estados Unidos, mientras que los productos extranjeros se hacen más baratos. Esto llevó a un déficit comercial de -1,9 por ciento.
La inversión fija no residencial cayó un 2,8% en el primer trimestre de 2015, y es la caída más fuerte desde los últimos meses de 2009. El gasto en estructuras se contrajo un 20,8%, como un reflejo de que los precios del petróleo más barato obligan a las compañías de petróleo y gas a recortar las inversiones en pozos e instalaciones conexas. Si bien el gasto en consumo personal aumentó 1,8 por ciento, fue un ritmo muy bajo si lo consideramos con el 4,4 del último trimestre de 2014. Estos deprimentes resultados de la economía y la sombría perspectiva que se cierne sobre el futuro, llevaron a la Reserva Federal a señalar que probablemente no subirá las tasas de interés en junio, como estaba programado, prolongando así la mantención de la barra libre, y la burbuja de activos financieros.
En El Blog Salmón | La economía mundial vuelve a tambalearse en la cuerda floja