El presidente del INE ha adelantado a los medios que en el futuro quiere contabilizar como parte del PIB los ingresos derivados de la prostitución y del tráfico de drogas. Esta modificación normativa se puede introducir en el próximo cambio de base que se ponga en marcha en la medición del PIB y según el INE, el reglamento actual ya permite incluir dichas magnitudes económicas dentro del PIB.
Este tipo de introducción tiene múltiples lecturas que distosionarán a todos los efectos la realidad económica de las cuentas nacionales. Bien es cierto que existe un volumen muy importante de economía sumergida en estas actividades ilegales o alegales, pero la solución no pasa por realizar estimaciones del volumen de PIB que representa la prostitución o el tráfico de drogas, la solución pasa primero por abordar una tarea regulatoria que permita integrar estos parámetros dentro de la economía sacándolos de la alegalidad o ilegalidad.
Y ojo, la regulación o legalización no debe hacerse por motivos económicos, debe hacerse porque son actividades demandadas por la sociedad y que deben entrar dentro del circuito normal de la economía. Si realizamos una estimación a tanto alzado del volumen de economía sumergida, vamos a tener distorsiones importantes en los siguientes volúmenes:
- Balanza comercial: más déficit, dado que la mayoría de las drogas se importan y los volúmenes de negocio de las redes que operan en España tanto en distribución como en transporte hacia otros países es de muy difícil cuantificación
- Distorsión en la productividad y presión fiscal. Vamos a aumentar la renta per cápita sin aumentar la base de trabajadores y vamos a bajar la presión fiscal, dado que aumentaremos los ingresos en el PIB pero no la recaudación de impuestos
- Distorsión al comparar estas magnitudes con el resto de países. Obviamente, si España es la primera de clase en considerar uno pocos miles de millones de euros en el PIB por origen en drogas o prostutitución y el resto no, nuestras cuentas públicas no serán comparables a Europa.
Tal y como vemos, esta introducción es un maquillaje ficticio de las cuentas públicas, dado que en siempre que se compute una magnitud en el torrente público, se deben considerar las dos componentes, tanto los aumentos del PIB como los ingresos fiscales que dichas actividades generen.
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