3 de cada 10 hombres afirman haber pagado por sexo en España. Uno de ellos, dice haberlo hecho una sola vez, los otros dos son “consumidores ocasionales” de prostitución, según datos recogidos por el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS).
Y es que este tema, el de la prostitución, no ocupa grandes titulares en prensa. Tampoco abre los espacios informativos de las diferentes cadenas de televisión -a no ser que se trate de un caso de trata de personas-. Sin embargo, el tema de la prostitución es aún hoy en día un tema tabú en España y, a la par, un negocio multimillonario.
España es el mayor consumidor de prostitución en el mundo y uno de los tres mayores de todo el planeta. Un negocio escondido bajo sombras, empresas ocultas y una alegalidad que ayuda a que cada año su cifra siga creciendo. De hecho, según el Instituto Nacional de Estadística (INE), esta actividad supone un 0,35% del PIB del país, o lo que es lo mismo: 4.210 millones de euros que mueve cada año.
Se estima también que cerca de 45.000 mujeres practican la prostitución. Sin embargo, esta cifra podría ser mucho mayor debido a la casi imposibilidad de saber el total de mujeres prostitutas obligadas y retenidas por mafias, sobre todo procedente de Europa del Este y África. Algunos expertos alertan que la cifra podría alcanzar las 120.000 mujeres. Tampoco cuentan las estadísticas la cantidad de hombres que la ejercen.
Y cada vez, sus clientes son más y más jóvenes. Según un estudio realizado por INJUVE para el Informe Juventud en España 2020, el 10,6% de los jóvenes de entre 15 y 29 años reconoce haber consumido prostitución, de éstos el 4,8% más de una vez en su vida. El 3,9% de los chicos de 25 y 29 respondió que lo había hecho más de una vez. Siendo Madrid, Barcelona y Levante, con Valencia y Alicante como protagonistas, los auténticos puntos calientes de España.
Y es que el negocio de la prostitución en nuestro país es un tema complejo y controvertido, con varios aspectos a considerar. Desde el impacto económico que tiene en el PIB hasta las áreas legales ambiguas que la rodean. Además, la prevalencia de víctimas de trata y las preocupantes tasas de consumo entre ciertos grupos demográficos agregan nuevas dimensiones a esta problemática.
El enorme impacto económico
Las implicaciones financieras del trabajo sexual en España son inmensas. Se estima que la facturación anual de la industria en España podría superar incluso los cuatro mil millones de euros citados anteriormente, lo que le convierte en un actor importante en la economía nacional. Sin embargo, la falta de regulaciones legales claras con respecto a la prostitución ha resultado en una escasez de datos e información precisos sobre el tema, lo que dificulta evaluar con precisión el alcance completo de la industria.
El estado legal del intercambio de servicios sexuales por dinero en España es un tema complejo. Aunque vender servicios sexuales a cambio de dinero no está prohibido explícitamente, tampoco está regulado de manera definitiva el obtener ganancias de ello. Esta ambigüedad ha llevado a desafíos en la regulación de la industria, así como dificultades para proteger los derechos de quienes trabajan en ella.
Además, la prevalencia de la trata de personas y la explotación sexual en el comercio sexual es una gran preocupación en materia de derechos humanos. Diferentes estudios, afirman que la mayoría de las mujeres prostituidas en el país son víctimas de tales abusos, lo que subraya la vulnerabilidad y explotación que enfrentan muchas personas en este `negocio´. Luchar contra la trata de personas y brindar apoyo a las víctimas sigue siendo una prioridad urgente para abordar los problemas multifacéticos asociados con la industria.
El impacto económico de la prostitución en España es innegable, con millones de euros generados cada día. Sin embargo, la falta de regulaciones legales claras ha creado dificultades para medir con precisión el alcance completo de la industria.
Sin ir más lejos, la huella económica de la industria del sexo comercial en España dibuja un negocio lucrativo donde se estima que genera más de cinco millones de euros al día. Es importante reconocer que este beneficio económico se obtiene a costa de la explotación y el abuso de la mayoría de las mujeres prostituidas.
La aparición de plataformas en línea ha tenido un enorme impacto en los aspectos económicos de la industria del sexo comercial en España. Estas plataformas han permitido que el negocio se traslade de los lugares tradicionales al ámbito digital. Esta transición no solo facilita el acceso a la prostitución, sino que también ha aumentado su alcance económico. Internet ha permitido una mayor visibilidad y acceso, atrayendo una base de clientes más amplia y potencialmente amplificando el impacto económico de la industria.
Sin embargo, es importante reconocer que estas plataformas en línea también presentan desafíos relacionados con la regulación y la protección de los derechos y el bienestar de quienes participan en el comercio sexual, incluidos aquellos vulnerables a la explotación sexual.
Datos globales
El tráfico de personas tiene un impacto importante en la industria del comercio sexual en todo el mundo. Compuesto principalmente por mujeres, estas víctimas a menudo son forzadas o coaccionadas a ingresar en él en contra de su voluntad. Se estima que una parte sustancial de las prostitutas son víctimas de explotación o trata de personas. Esto pone de manifiesto la naturaleza oscura y manipuladora de la industria.
Los extranjeros, en particular, son a menudo objetivos fáciles debido a su precaria situación administrativa. Son tentados a venir al país con la promesa de mejores perspectivas, pero terminan sumidos en un ciclo de explotación. Esto demuestra la necesidad de iniciativas internacionales para combatir la trata de personas y proteger a las personas vulnerables.
Pero, ¿cuál es la situación en el resto del planeta? Según la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC), se han documentado los casos de hasta 225.000 víctimas de trata de personas ocurridos entre 2003 y 2016. Casi tres cuartas partes de ellas eran mujeres y niñas y la mayoría tenían fines de explotación sexual.
Solo en 2016, las víctimas de trata de personas conocidas accedían a 24.000. Una cifra como resultado de un análisis de la UNODC de 97 de los 194 países del mundo, una cifra que ha aumentado desde 2003, año en el que solo pudo acceder a 39 países.
Según el I Informe Mundial sobre Explotación Sexual publicado por la Fundación Scelles, en el mundo se prostituyen entre 40 y 42 millones de personas, y de ellas el 80% son mujeres o niñas, la mayoría (75%) con edades que van de los 13 a los 25 años. Y donde nueve de cada diez personas que se prostituyen dependen de un proxeneta.