En primer lugar, esta recaudación está expresada en términos de caja, es decir, se habla del saldo neto que se ha ingresado a las arcas públicas. Si recordamos un poco, a principios del 2009 se pueso en marcha un procedimiento para la devolución mensual de IVA para todas las empresas que así lo solicitaran, en lugar de diferir dicha devolución al ejercicio siguiente. Corrigiendo este parámetro, la recaudación ha descendido un 19,5%, diez puntos por debajo del 30% anunciado en principio. Por otra parte, al expresarse como digo en términos de caja, los aplazamientos del impuesto tampoco se tienen en consideración. En el año 2009, el número de aplazamientos ha aumentado un 71%, por importe de 14.000 millones de euros. Del total de aplazamientos, 7.000 millones corresponden al IVA, con lo cual, si corregimos este parámetro, la tasa de recaudación pasa a mejorar un 4,5%, quedándose en una caida del 15%.
Por último, el peso del sector inmobiliario no es despreciable en absoluto. A falta de estadísticas concretas, se han vendido del orden de 100.000 viviendas menos de obra nueva, sujetas a IVA y las transmisiones sobre solares y resto de operaciones inmobiliarias sujetas al impuesto van de capa caida.
Esta parálisis puede suponer una caida recaudatoria de unos 2.500 millones en el impuesto, siendo benevolentes y casi otro tanto para el sector de automoción, factor que se ve agravado también por la acumulación de stock con cuotas de devolución negativas. Si suponemos que este impacto adicional en otro 2%, la caida global en la recaudación del IVA puede ser de un 11% y ahora viene la reflexión capciosa ¿no se estarán maquillando las estadísticas del PIB? La caida en empleos tampoco está correlacionada por el PIB y nadie pone en duda ese factor dado que es más fácil culpar a la pyme que dudar de unas estadísticas oficiales más que sospechosas.
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