Hacienda creó hace diez meses un comité de expertos para estudiar una reforma fiscal y ya tienen sus conclusiones. De entre ellas hay una muy interesante: elevar el IVA. Pero no por una elevación de tipos sino por decrementar drásticamente los bienes y servicios que se ven beneficiados de tipos reducido y superreducido.
Esta es una medida que llevamos analizando años desde estas páginas, por ejemplo cuando hubo un amago de establecer IVA en Sanidad y Educación. Lo interesante de esta medida es su capacidad recaudatoria y la poca distorsión que genera. Lo malo, pero subsanable, es la regresividad del impuesto.
El IVA como herramienta recaudatoria
El IVA es una fortísima herramietna recaudatoria y está claramente infraprovechada en España, con múltiples excepciones que hacen que el tipo general realmente no lo sea tanto. Los políticos siempre han visto con buenos ojos favorecer a ciertos sectores con tipos más bajos.
Lo ideal para limitar esta distorsión del mercado es que todos los bienes y servicios tengan el mismo tipo impositivo. Y con un IVA igual para todo el tipo podría ser más bajo del 21% y aún así generar mayor recaudación que la actual.
La regresividad del IVA
La principal crítica que se hace al IVA es su regresividad. Al estar todos los bienes gravados por este impuesto por un importe independiente de la renta recibida, las rentas bajas pagan lo mismo que las altas.
Los tipos superreducido y reducido actuales eliminan parcialmente esta regresividad, de hecho en un estudio de 2013 se indicó que existía una cierta progresividad, pero muy ligera, porque las rentas altas consumen bienes y servicios con tipos reducidos (hostelería) y tipo cero (educación y sanidad).
Pero lo cierto es que la regresividad del IVA no es importante. El Estado puede hacer la redistribución en el gasto y no centrarse tanto en el ingreso. Por ejemplo, las rentas bajas tienen derecho al IMV, si estuviera bien gestionado, y a otro tipo de ayudas públicas. Esto compensaría la regresividad del IVA.
El IVA debe simplificarse... y recaudar más
Ante las presiones de ciertos grupos para obtener favoritismos y lograr una distorsión del consumo de las familias deberíamos plantarnos. Y una forma de hacer esto es con una simplificación del IVA, con menos bienes y productos fuera del tipo general.
Además, el IVA tiene capacidad de recaudar más. Debemos reducir el déficit y tenemos ciertas obligaciones de gasto que difícilmente van a bajar (envejecimiento de la población, Defensa). Seguir tocando el IRPF no tiene mucho recorrido ya, con unos tipos marginales que superan el 50% en algunas Comunidades Autónomas.
Como digo, este es el punto más interesante del comité de expertos. El resto de asuntos puede que sean más mediáticos pero tendrán mucho menos impacto en las cuentas generales del Estado.