La guerra económica por el cobalto ha llegado a los hedge funds

Media docena de hedge funds compraron alrededor de 6.000 toneladas de cobalto (subproducto del níquel y el cobre) por valor de 280 millones de dólares, con la finalidad de anticiparse al incremento de la demanda debido al auge que ha experimentado, y se espera que siga en su trayectoria ascendente, la industria del vehículo eléctrico.

El total de la compra es el equivalente al 17% en la producción de cobalto del año pasado. Y es que el aumento del uso de las baterías para el vehículo eléctrico ha sido un contexto verdaderamente fértil para que los especuladores saquen provecho con la inflación de precios.

La apuesta es simple... Estos fondos de gestión alternativa prevén que la demanda de vehículos eléctricos superará las expectativas del mercado, lo que finalmente llevará al precio de la 'commodity' a subir debido a que los fabricantes de baterías como por ejemplo Panasonic, que producen las células de la batería de Tesla, necesitan asegurarse en los suministros de cobalto.

La demanda mundial de cobalto del año pasado fue de alrededor de 100.000 toneladas, de las cuales se utilizaron alrededor de la mitad para las baterías de los coches eléctricos. En otros usos tenemos los teléfonos móviles, ordenadores portátiles, cámaras digitales, y taladros inalámbricos.

Acaparando cobalto

Tras siete años de una sobrecapacidad en el mercado del cobalto, se alcanzará un déficit durante este ejercicio, agravado por una cadena de suministro inseguro. Más del 50% de cobalto del mundo se encuentra en la República Democrática del Congo, implicando un elevado riesgo político.

Muchos fondos de inversión han ido acapararon cobalto, la mayoría de ellos adquirieron este material básico cuando el precio estaba alrededor de 10 dólares por libra en diciembre de 2015. Un contexto en el que en el mercado podíamos encontrar un excedente de más de 2.000 toneladas.

Las expectativas sobre el cobalto son positivas. Por ello, la minera Glencore refuerza su control sobre los recursos de cobre y cobalto del Congo mediante la compra de varias participaciones en minas por un importe de por 960 millones de dólares, con el potencial para convertirse en el mayor productor de cobalto del mundo.

Para este año, aquellos que han acaparado cobalto y por lo tanto, mantienen expectativas positivas sobre su precio podrían acertar. Según la consultora de productos básicos CRU, se espera que la demanda mundial de cobalto supere la oferta en 2017 por 900 toneladas, lo que llevaría a un ascenso en su precio.

Consecuencias más inmediatas

El precio del cobalto ha subido cerca de un 50% desde septiembre del año pasado y un 132% desde inicios del 2016 hasta los actuales 24 dólares por libra. El catalizador de esta subida ha sido el aumento de unos controles de emisión más estrictos que impulsan la demanda de vehículos eléctricos, especialmente en China, que está luchando contra los altos niveles de contaminación en algunas de sus ciudades.

China es fundamental tanto para las perspectivas de corto, medio y largo plazo. El mercado del país está dominado actualmente por las baterías que no utilizan el cobalto, pero los fabricantes están cambiando a las baterías de iones de litio que se basan en el cobalto, ya que ofrecen una mayor capacidad de energía.

Si a ello, le sumamos la acumulación del cobalto, en principio, la disponibilidad del cobalto quedaría más reducida, y los precios deberían moverse al alza.

En consecuencia, un incremento en el cobalto representa una pésima noticia para los fabricantes de automóviles, en especial, para Tesla u otros fabricantes como General Motors y Ford debido a que en estos tres gigantes están en un proceso de desarrollo en nuevos modelos de vehículos eléctricos. Recordemos que la batería supone cerca del 50% del precio de los vehículos eléctricos.

El caso de Tesla es interesante, pues se ha marcado la meta de alcanzar la producción de 500.000 en 2018 y los consumidores exigirán una mayor autonomía y mayor capacidad para las baterías, en otras palabras, más cobalto. Con todos los modelos de vehículos que se lanzarán al mercado, sólo Tesla consumiría alrededor de 8.000 toneladas de cobalto en 2018.

Las empresas que suministran las baterías, incluyendo Johnson Controls o la japonesa Panasonic, también es probable que queden afectadas por el incremento del precio del cobalto y en consecuencia, presenten un menor número de beneficios.

El riesgo de la apuesta en el cobalto

El total de las reservas mundiales de hoy en día es de 7,1 millones de toneladas métricas, por lo que tendríamos cobalto para sólo unos nueve años con las proyecciones de demanda que se esperan con el ascenso del vehículo eléctrico. Pero, las cifras de reservas cambian con el tiempo por lo que muy probablemente estas cifras no permanecerán estáticas.

Esta operación no está exenta de riesgo... Estos fondos de inversión podrían tener dificultades para vender las adquisiciones si mantienen una perspectiva a largo plazo por el riesgo de una liberación sobre la explotación del cobalto que llevara a una mayor oferta mundial lo que podría hundir finalmente su precio.

Ya lo vimos con el petróleo y el fracking, los altos precios del 'oro negro' concedieron incentivos para nuevas tecnologías de extracción, lo que repercutió finalmente en una mayor producción, hundiendo finalmente los precios del crudo.

Como se ha comentado, la minera Glencore se está haciendo con diferentes minas en la República Democrática del Congo para aumentar la producción de cobalto. El potencial de esta operación es de un aumento de hasta 22.000 toneladas de cobalto en un mercado con una producción anual de unas 100.000 toneladas.

También nos podemos encontrar con el riesgo de substitución, actualmente ya se están desarrollando tecnologías aplicadas en baterías que no dependen del cobalto. Asimismo, a diferencia del petróleo, el cobalto es reciclable lo que permite extender la vida útil de la materia prima.

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