SUMAR propone dar 200 euros por hijo hasta los 18 años para fomentar la natalidad. Es buena medida pero insuficiente: Hungría se está gastando el 5% del PIB al año y apenas está repuntando

La vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, ha comentado recientemente su intención de proponer una prestación universal por la crianza de 200 euros al mes por hijo (hasta los 18 años). Se espera que comience a negociarla este verano con el PSOE, consiguiendo que esté presente en los Presupuestos Generales del Estado de 2025. ¿Es una medida populista o eficiente? Sin duda que puede ser bastante práctica, aunque si se tiene en cuenta la comparativa con otros países como Hungría, escasa.

Pedro Sánchez ha manifestado su descontento al respecto. Díaz asegura que el Presidente del Gobierno ha renunciado ex ante a negociarlos, recalcando que las cuentas contaban con un techo de gasto de más de 16.000 millones de euros que podrían haberse dedicado a políticas públicas para reducir la desigualdad.

Una vez más, Sánchez se queja y no le gusta. Quizás porque no parte de él o quizás porque ha echado las cuentas y se ha percatado de que el porcentaje del PIB sería insuficiente. De hecho, Díaz asegura que el Presidente del Gobierno ha renunciado ex ante a negociarlos, recalcando que las cuentas contaban con un techo de gasto de más de 16.000 millones de euros que podrían haberse dedicado a políticas públicas para reducir la desigualdad.

De aprobarse los permisos por crianza de carácter universal, por un importe de 200 euros mensuales, se seguiría la estela de otros países que apuesta por reducir la desigualdad social, como es el caso de Hungría.

Además, se lograría unificar el Complemento de Ayuda para la Infancia (CAPI), que asciende a 115 euros y al que pueden acceder las unidades de convivencia vulnerables que incluyan menores de edad entre sus miembros durante los tres primeros años de vida. También se alude a la deducción por maternidad, que supone 100 euros por hijo a cargo para las madres trabajadoras.

La idea de SUMAR

Díaz pretende que se establezcan dos ayudas universales por crianza en el tramo de cero a tres años, aunque el objetivo es que pueda extenderse hasta los seis primeros años de vida. Como bien ha denunciado la ministra, dicha herramienta la poseen aquellos países que reducen la desigualdad en mayor medida, aunque España sigue incumpliendo la directiva de permisos retribuidos.

Ya en su programa electoral para las Elecciones Generales de 2023, se proponía el impulso de una prestación por crianza, luchando por erradicar la pobreza infantil. Si bien es cierto, el PSOE se comprometía en su programa electoral a establecer una prestación por crianza para familias con personas menores a su cargo, promoviendo una crianza positiva y saludable con apoyo durante los 1.000 primeros días.

Cuatro propuestas fiscales diversas

El informe de 2021 ‘Propuesta de Reforma Fiscal para implantar una ayuda a la crianza’ busca adecuar sus propuestas de reforma a la actual situación socioeconómica de España. Así pues, se contempla una deducción de 1.440 euros por cada menor de 18 años. Se estima un coste bruto de 11.288 millones de euros anuales (coste neto de 8.668 millones de euros) y una reducción de 5,4 puntos porcentuales de la pobreza infantil moderada.

De igual modo, la otra propuesta es una deducción reembolsable universal de hasta 2.600 euros para las familias con rentas más bajas.Se verían beneficiadas, especialmente, las familias monoparentales y se lograría reducir la pobreza infantil en casi tres puntos porcentuales. El coste bruto estimado sería de 5.801 millones de euros (coste neto de 3.180 millones de euros).

También se habla de una deducción reembolsable de 1.440 euros por hijo aplicado a familias por debajo del umbral de pobreza correspondiente y que reduciría la pobreza infantil moderada en 3,1 puntos porcentuales. Su coste estimado es de 5.755 millones de euros (coste neto de 3.135 millones de euros).

Por último, el cuarto escenario contemplado habla de una deducción para hogares más vulnerables, calculándose su cuantía en función de la diferencia entre la renta y el umbral de pobreza. De este modo, se destinaría capital a los hogares más vulnerables y se estima el coste en 7.487 millones de euros (coste neto de 5.227 millones de euros).

Hungría, un espejo para España

El Gobierno brinda toda la ayuda que los jóvenes necesitan para formar una familia, ya que se entiende que el éxito nacional depende precisamente de los matrimonios, de ahí la importancia de apoyar a las parejas en todo momento. Solo hay que ver que las parejas que se casa por primera vez se pueden beneficiar de una desgravación fiscal durante dos años, una rebaja de impuestos después del nacimiento de un hijo y una exención del IRPF para madres menores de 30 años (con préstamos para manutención).

El primer ministro húngaro, Viktor Orbán, es defensor de la dedicación del 5,5% de su PIB en apoyo familiar. A diferencia de lo que sucede en España, las propuestas son reales y en Hungría se busca eliminar cualquier obstáculo que pudiese impedir que los jóvenes formasen una familia.

Su objetivo es aumentar el número promedio de hijos de cada mujer a 2,1 en el año 2030 (actualmente es de 1,45, por debajo del 1,58 promedio en la Unión Europea). Por el momento, desde su llegada al poder, la tasa de fertilidad en Hungría ha aumentado un 25%.

La última medida estrella de Hungría, en este sentido, ha sido permitir que las madres que decidan tener un cuarto hijo no tengan que pagar más IRPF. De hecho, siempre y cuando sean madres antes de los 30 años, quedarán exentas de pagar el IRPF, el cual en dicho país es una tasa única común del 15% para todos los trabajadores.

Esta exención del IRPF ya se aplica a los trabajadores de hasta 25 años y a las madres de familias numerosas con al menos cuatro hijos.

A España aún le queda un largo camino por recorrer. Hungría o Alemania (donde se han implementado incentivos para las parejas como plazas de guardería subvencionadas), son un espejo en el que mirarse. El objetivo debe ser dejar los colores políticos de lado y apostar por un porvenir conjunto del país, en el que se logre incrementar paulatinamente las tasas de natalidad.

¿Qué debe hacer España?

De seguir la senda de Hungría y dedicar el 5% del PIB a impulsar la natalidad como en Hungría, se estarían dedicando unos 65.000 millones de euros a dicha parcela, bastante más que en Sanidad. No obstante, los esfuerzos resultarían en vano, pues también serían insuficientes para lograr que la tasa se situase por encima del 2,1%.

En datos, actualmente España dedica el 0,52 % del PIB a ayudas directas a la familia, menos de la mitad de la media de los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).

En el caso de España, el Gobierno de Sánchez debe olvidarse de conjeturas hipotéticas y debe invertir una media de 65.000 millones de euros al año, más que en Sanidad, para alcanzar ese ansiado repunte del 25%.

Las cifras actuales demuestran que la tasa de natalidad apenas ha ascendido del 1,2% al 1,6%. De hecho, los datos del INE demuestran que en el 2023, en España, hubo un total de 322.075 nacimientos, lo que que supone la cifra más baja desde el comienzo de la serie en 1941.

Además, en 2023, hubo 6.629 nacimientos menos que en 2022, lo que supone que el número de nacimientos se ha reducido en un 2 % en el último año. Las cifras de 2022 demuestran que la tasa de natalidad fue del 6,68% y el Índice de Fecundidad fue del 1,16%.

También te puede gustar

Portada de El Blog Salmón

Ver todos los comentarios en https://www.elblogsalmon.com

VER 1 Comentario