El problema surge cuando la empresa europea, obligada por la normativa vigente, trata de comprobar el CIF de mi empresa en el VIES, es decir, el sistema de intercambio de números de identificación fiscal (o números de IVA) a nivel europeo, un sistema que interactua con todas las bases de datos nacionales para decir si un CIF existe o no. Pues bien: para el VIES, no existimos. Y lo que es peor: la inmensa mayoría de las empresas españolas tampoco. Resulta que, originalmente, todos los CIF que se otorgaban se daban automáticamente de alta en la correspondiente base de datos. Pero empezaron a detectarse fraudes al IVA basados en la peculiaridad de las operaciones intracomunitarias, por lo que hacienda empezó a complicar las cosas. El paroxismo llega en 2004, cuando Hacienda elimina todos los CIF de la base de datos y comienza a inscribir a las empresas sólo por estricta solicitud vía impreso 036, solicitando el alta en el registro de operadores intracomunitarios.
Bueno, no pasa nada: presentamos el 036... Pero nuestra sorpresa inicial se va tornando asombro cuando pasan los días y el sistema VIES sigue diciendo que no existimos. Entonces llamamos al 901 de Hacienda y una amable señorita nos informa que los trámites para ser incluidos en la base de datos duran entre tres y cuatro meses, tiempo que dedican a investigarnos para ver que no vayamos a hacer nada raro, y que mientras tanto paguemos el IVA y san seacabó.
Por cierto: si vendéis productos a paises europeos, más os vale comprobar cada CIF, ya que en caso de que la empresa que os compra sea un chiringuito financiera podéis resultar responsables subsidiarios de la estafa.
¡Y luego quieren que exportemos!
Más información | Sistema VIES, NIF intracomunitario y VIES