KPMG, una de las "big four" (las cuatro grandes firmas de auditoría a nivel global, junto con PriceWaterhouseCoopers, Ernst&Young y Deloitte), ha hecho público un comunicado en el que pide perdón por haber ayudado a sus clientes, mediante maniobras de ingeniería fiscal de dudosa legalidad, a ahorrar millones de dólares en impuestos.
Esta declaración se enmarca dentro del contexto de la investigación federal que se está llevando contra la firma en Estados Unidos y que al parecer ha obtenido pruebas suficientes que demuestran que en el periodo entre 1996 y 2002 la auditora ofreció sus servicios a sus clientes más ricos para ayudarles a evadir impuestos. Según el Wall Street Journal, parece que se está planteando la posibilidad de realizar una demanda por obstrucción a la justicia y venta de servicios fraudulentos.
Ante este riesgo, KPMG ha venido realizando cambios en su práctica de asesoramiento legal. Así, el máximo responsable de la misma ha sido relevado de su cargo. También se han tomado medidas orientadas a cambiar los factores culturales y organizativos que pudieran haber facilitado estas actuaciones, y se ha tratado de apartar de la circulación a cuantos pudieran haber participado en las mismas. La petición pública de perdón es un paso más que pretende evitar el inicio de un proceso judicial que pudiese dejar fuera de combate a la firma, igual que le sucedió a Andersen hace tres años.
Por lo que parece, en esta ocasión la sangre no llegará al río. Seguramente el entorno político está más calmado, y eso puede evitar que el caso se lleve a sus últimas competencias. Además, el mercado global de la auditoría quedaría, en caso de que KPMG siguiese el camino de Andersen, en manos de tan solo tres firmas, lo que llevaría a problemas tanto para el propio sector (tan parecido a un oligopolio) como para las grandes emrpesas, que verían como se reducirían los potenciales prestadores de este servicio profesional.
Vía | CNN El Blog Salmón | La sentencia contra Andersen, revocada tres años después