La cuarta mutua de seguros del mercado nacional por volumen de primas, Mutua General de Seguros - Euromutua (MGS), ha tomado la decisión de dejar de ser una mutua de seguros para transformarse en una sociedad anónima.
Esta pretensión que aún tiene que contar con el beneplácito de sus socios en la próxima asamblea ordinaria prevista para el próximo día 31 de mayo, se postula como el cambio necesario para crecer tanto en el mercado nacional como en el extranjero, la firma de alianzas estratégicas, y en definitiva, dotarle de la tan necesaria libertad y flexibilidad ante los nuevos desafíos que se desprenden del futuro mapa financiero español.
Por tanto, MGS emula al exitoso proceso vivido hace unos años por la aseguradora Mapfre, que logró un aumento significativo tanto de su volumen de negocio así como de sus beneficios tras dicho cambio societario. En el caso particular de MGS se flexibilizará la captación de capital ante futuras tensiones que se puedan producir, siendo una sociedad más robusta ante determinadas escenarios más ácidos que se puedan producir.
El 'core' del negocio de MGS, y por extensión de una compañía aseguradora, es mucho más elástico ante el acaecimiento de una crisis económica principalmente por tres factores:
La política conservadora de inversiones a la que le obliga su órgano supervisor, la Dirección General de Seguros (DGS), que le dicta a invertir en subyacentes de bajo riesgo, como por ejemplo en deuda soberana de países con buena calificación crediticia como Francia o Alemania
La diversificación de las carteras y la baja exposición a las inversiones que pueden ser objeto de burbuja en determinados momentos del tiempo
La estabilidad de las reservas, los pagos y los ingresos, puesto que atienden a leyes estadísticas modelizadas en muchos de los casos
Finalmente, los pasos que pretende andar MGS me resultan bastante positivos, porque aunque no abandonará su modelo de gestión actual, logrará de dotarla de argumentos adicionales para ser aún más resistente en un futuro.
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