En China se vive por primera vez el fenómeno del retroceso de la inflación como consecuencia del pinchazo a la burbuja inmobiliaria que ha comenzado a ralentizar la economía del gigante asiático. Productos básicos como carne de cerdo, harina, huevos, pollo y aceite han alejado las presiones inflacionarias y la oficina de datos económicos prevé que seguirán disminuyendo.
De acuerdo a una información de Bloomberg, las ventas de automóviles cayeron a su nivel más lento y el indice de producción industrial fue el más bajo de los últimos 15 meses, dando cuenta que la actual locomotora económica del mundo se está enfriando. La caída en el ritmo de la actividad obedece tanto al pinchazo a la burbuja inmobiliaria, como al término del plan de estímulo iniciado en noviembre de 2008.
Esta caída de la demanda puede echar por tierra los pronósticos de crecimiento anunciados para Europa por el FMI y el BCE. Aunque Jean-Claude Trichet ha descartado los riesgos de una nueva recesión en Europa, no anticipa un crecimiento firme. El crecimiento europeo puede estar entre el 0% y el 0,5% sin poder crear empleo a un ritmo vertiginoso. Esto es porque el estado de la economia mundial es altamente débil y está sujeto a las tensiones del sistema financiero. Más aún, las actuales políticas de austeridad no hacen más que acrecentar los riesgos de un cese de pagos. Sin una demanda efectiva que inyecte movilidad a la economía, el camino a la deflación y el retroceso queda totalmente despejado.
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