En un entorno de crisis financiera internacional y cuando parece que todos los reguladores van a endurecer sus normas para controlar y atar más cortos a sus bancos, el Banco de España toma la senda opuesta.
En 2004 el Banco de España, para intentar acabar con la locura en la que se estaban metiendo los bancos y cajas, estableció una normal según la cual cuando una hipoteca lleva morosa dos años, el banco debe provisionar el 100% del valor de la vivienda en sus cuentas. Es decir, los bancos tenían que poner en sus cuentas como si hubieran perdido la totalidad del préstamo. Una norma sin lugar a dudas muy dura, puesto que por mucho que se alargue el proceso, al final el banco es capaz de recuperar parte del préstamo (en último caso con una subasta de la vivienda hipotecada).
Ahora el Banco de España permite que esta provisión sea únicamente del 50% siempre y cuando la hipoteca no fuera superior al 80% del valor de la vivienda. Por tanto, el Banco de España asume que el banco o caja que concedió la hipoteca puede recuperar la mitad de la deuda pendiente.
Un balón de oxígeno a los bancos. Sin embargo, no estoy de acuerdo con el cambio de normativa. Estas provisiones tan abultadas tienden a hacer los bancos más cautelosos y en el caso de que no lo sean, castigan duramente los resultados de los que no lo han sido. Y sobretodo permiten que el sector bancario español esté más sano que el de otros países. Cambiar esta norma es dar un balón de oxígeno a los bancos que están ahogados no sólo porque la crisis ha aumentado la morosidad, sino también porque en muchas ocasiones se han concedido hipotecas a lo loco. Los bancos deben entender que esta práctica puede llevar a situaciones difíciles a largo plazo, y este cambio no va por dicha senda. Vamos contracorriente.
Hay que ser duros con los bancos, con lo que deben provisionar, para que tengan a buen recaudo el dinero depositado por los ahorradores. No se puede premiar a los que lo han hecho mal. Y si un banco debe ampliar capital por estas provisiones tan altas, que se lo hubieran pensado antes. Seguro que al menos por un tiempo recuerdan la lección. Claro, que parece que los reguladores y políticos españoles quieren que volvamos al ritmo de concesión de crédito anterior a la crisis, para volver a crecer de forma insostenible y que en el futuro tengamos un batacazo aún peor, esta vez con una banca mucho más débil.
Vía | El País
Imagen | Tomás Fano