Como también hemos hablado en estas páginas, hay una gran trifulca entre el gobernador del Banco de España y el Ministro de Trabajo, sobre la situación de las pensiones españolas.
Se entiende que, en estos momentos de dificultad financiera, muchos piensen que no debemos que preocuparnos de otras cosas. Muchas veces parece que sólo se habla de la crisis, incluso en estas páginas.
No obstante, hay otras cosas y hay necesidad de reformas en muchas areas y la actual situación no es para quedarse quieto y calladito, todo lo contrario.
El problema del retiro y de las pensiones es un tema que viene desde hace tiempo y todos los gobiernos tienen asignaturas pendientes para resolver este reto, algunos más que otros. Como siempre con aspectos que son importantes pero no urgentes, muchos prefieren no tomar decisiones que pueden parecer difíciles y dejarlas para luego. Cuando hay dificultades financieras esta tendencia es aún más pronunciada.
No todos pensamos así y mucho antes de que se hablaba de crisis, cuando todavía estábamos en ese boom que nunca iba a terminar, se veía titulares como los siguientes:
“El tsunami de los fondos de pensiones“, “Las pensiones podrían entrar en déficit en cuatro años“, “La bomba llamada pensiones nos espera“, “¿Seguro que es viable el sistema de pensiones“, “Hay que cambiar las opiniones sobre el retiro y las pensiones“, “Lo negativo de una vida más larga“.
Y todos estos son sólo titulares que se encontrarán en estas páginas, mucho antes de que saltara la noticia de la crisis.
Uno de los problemas con el sistema de pensiones es que se paga al día, es decir, que las contribuciones de hoy sirven para pagar las pensiones de hoy. No hay elemento de ahorro para el futuro.
Esto quiere decir que, cuando los trabajadores del futuro se retiren, sus pensiones las tendrán que pagar los trabajadores de entonces. Añadiendo otro factor que es la baja natalidad y se proyecta que habrá muchos menos trabajadores pagando las pensiones en el futuro.
Otro elemento demográfico relacionado es el que vemos en el gráfico, que la longevidad está ampliándose. Es decir que, como viviremos más años, las pensiones durarán más tiempo y no bajarán con la mortalidad que viene cada vez más tarde.
Con todos estos impactos el sistema es insostenible y los cambios necesarios son importantes.
Como se está hablando de problemas que veremos en 10 y 20 años, nadie quiere preocuparse del tema porque se olvidan que estos problemas pueden ser muy graves si no introducimos los cambios necesarios paulatinamente y con tiempo.
Están alargando la edad del retiro en todo Europa, incluso Italia han retrasado su edad de retiro un año.
Aunque suene un impacto importante, todavía tenemos tiempo para hacer los cambios paulatinamente.
Si quisiéramos alargar la edad de retiro dos años hasta 67, no se tendría que hacer de golpe, es decir, no tendríamos que decir a los que tienen 64,5 años que ahora tienen que trabajar 2,5 años más, en vez de poder retirarse en seis meses.
Por ejemplo, sólo tendríamos que ampliar la edad de retiro un trimestre cada año a partir del año que viene y, en ocho años, ya tendríamos la edad de retiro que buscabamos. Los trabajadores a punto de retirarse ni notarían la transición y los más jóvenes nada de nada. Planeando con tiempo resuelve el problema sin sufrimiento.
Como parte de esto, también debemos cambiar la forma de trabajar, incluyendo permitiendo a los mayores a trabajar más años si pueden y quieren, incluso a tiempo parcial.
Las dificultades que los gobiernos están teniendo en sus cuentas y con sus crecientes déficits públicos es realmente preocupante. Durante las actuales dificultades incluso se está poniendo en peligro los fondos de pensiones privados que están en riesgo de ser saqueados por el gobierno necesitado de liquidez.
No hay que pensar que el sistema que tenemos ahora ha funcionado y que no tenemos por qué cambiar. El mundo, las cuentas públicas, la demografía y las expectativas están cambiando y las políticas están destinadas a cambiar, queramos o no.
Vía | Cinco Días