Poco después de sus recientes elecciones, Grecia está inmersa en plena crisis política por su precaria situación económica y por las políticas económicas que el nuevo gobierno dice que tendrá que introducir.
Como comentó mi compañero, Marco Antonio, ayer y como vemos en el gráfico, sus cuentas públicas están en un desorden importante, no sólo en su nivel de déficit público, el exceso de gastos sobre ingresos, pero su deuda estatal total también ha llegado a niveles estratosféricos, comparado con el tamaño de su economía.
Y no sólo Grecia tiene razones por estar atentos a su situación.
El despilfarro estatal generalizado que hemos visto desde que estalló la crisis, que he criticado en estas páginas desde el principio, tiene consecuencias muy negativas y, sólo porque estas estaban siendo ignoradas no quería decir que estas consecuencias negativas no iban a ver la luz del día tarde o temprano.
Suelen pasar así las cosas, cuando más ignoramos la evidencia, más duro es el golpe cuando finalmente nos damos cuenta.
En Grecia han decidido que tienen que tomar medidas drásticas para estabilizar su situación, incluyendo la reducción del 10% en sus gastos, que abarca también reducciones en su seguridad social (otra vez perderán los que menos pueden, los pobres), la subida de algunos impuestos a los 'ricos' al 90%, la congelación de sueldos públicos, y subidas de ingresos.
Y pensar que todavía hay gobiernos que siguen con su despilfarro. Está claro que es el momento de que Grecia se ponga ya en esa cola que hemos visto formarse desde que estalló la crisis, la cola de subvenciones.
Vía | BBC News (en inglés) En El Blog Salmón | No es el fin pero el principio del fin del despilfarro