Para ello hay que introducir los gastos personales desglosados por sectores. Por ejemplo hay que poner los gastos mensuales en comida, en comidas fuera de casa, tabaco, alcohol, teléfono... Luego hay que poner los gastos mensuales en alojamiento (ya sea hipoteca o alquiler), así como impuestos y seguros. Después hay que poner los gastos anuales en conceptos varios, como reparaciones en el hogar o en los vehículos. Y por último los gastos en los últimos tres años en muebles y electrodomésticos. Introduciendo todos esos datos se nos muestra una gráfica con la inflación del Reino Unido comparada con la inflación personal con los datos introducidos.
Realmente lo que hace esta aplicación web es reponderar la cesta típica. Si la inflación te da igual quiere decir que la cesta está bien hecha o que nos ajustamos a ella. Si en cambio los resultados se desvía mucho es que no somos una persona típica o que la oficina de estadísticas no ha hecho bien su cesta. Otra cosa es que los datos de incremento de precios de los productos estén bien. Pero a mi personalmente me parece que esa es la parte fácil, saber cuánto cuestan las cosas. Lo difícil y crítico es realizar bien la cesta, y saber adaptarla a la realidad.
Se me ocurre un ejemplo típico. Cuando hay algún problema alimentario, como por ejemplo pasó con las vacas locas o la gripe aviar, el consumo de dichos productos bajó y por tanto también sus precios. Eso hizo que repercutieran negativamente en el cálculo de la inflación, puesto que estoy casi seguro que las oficinas de estadística no cambian la cesta por dichos problemas. Sin embargo la familia típica deja de consumir esos productos, y se pasa a las alternativas, que también suben de precio al haber mayor demanda. En conclusión, la estadística oficial dice una cosa (dependiendo de la ponderación subirá o bajará), pero para la cesta típica de la gente, los precios se han incrementado por encima de los datos oficiales.
Eso sí, la iniciativa es muy interesante y me gustaría que el INE tomara nota en España.
Vía | El Economista, El País