En concreto, España tendrá de plazo hasta 2016 para corregir su excesivo déficit público. Así, deberá alcanzar el 6,5 % del PIB durante el presente año, el 5,8 % en 2014, el 4,2 % en 2015 y, finalmente, el 2,8 % en 2016. De conseguir cumplir este calendario, lo cual no estará exento de dificultades y ajustes, nuestro país podrá presumir por fin de haber puesto un poco de orden en sus caóticas cuentas públicas. Como no podía ser de otra forma, el balón de oxígeno concedido por Bruselas no será gratis. A cambio de esta menor rigurosidad, España deberá acometer importantes reformas: pensiones, sistema tributario, mejora de la reforma laboral, mayor eficacia y calidad del gasto público, modernización de los servicios públicos de empleo, déficit de tarifa eléctrica... Las asignaturas suspensas por nuestro país aún son muchas y el Gobierno está en la obligación de cumplir con las exigencias impuestas por nuestros vecinos europeos.
Pese a ello, estamos ante una buena noticia ya que no tenía absolutamente ningún sentido continuar en la senda de la asfixia y el ahogo hacia nuestra economía. La situación económica actual ya es lo suficientemente precaria como para seguir tensando la cuerda. Los próximos años serán extraordinariamente duros para millones de españoles, por lo que no debemos complicar aún más esta situación sin necesidad. ¿Hemos de ajustar el déficit? Por supuesto que sí, pero no hay que tener prisas.
Vía | La Vanguardia En El Blog Salmón | España negocia un objetivo de déficit del 6% para 2013, no hay que tener prisas, Las cifras mienten: el rescate financiero colocaría el déficit por encima del 10 % y El déficit público de 2012 fue del 6,7 %, una verdad a medias Imagen | World Economic Forum