Javier Capitán ha escrito un post bastante interesante sobre el tipo de país que queremos ser en el futuro. Los medios de comunicación y grupos de presión hablan de la necesidad de un cambio. Es necesario que cambien los cimientos sobre los que se ha construido la economía española. Cito las palabras de mi tocayo que me parecen dignas de reseñar:
no podemos vivir de ser la residencia de ancianos de Europa ni el lugar donde los hooligans vienen a emborracharse en vacaciones, a no ser que nuestra aspiración como país sea la de limpiar culetes de viejos, servir copas a lo peor de cada casa y retirar luego las vomitonas.
Sé que lo anterior es una frase cargada de tintes sensacionalistas, pero a veces parece que hay que hablar así para que como sociedad nos demos cuenta de lo que nos estamos jugando.
Por supuesto que no podemos seguir así, ya hemos avisado hace tiempo de cómo iban las cosas. Una economía que pierde sus pilares, que se aleja de la sociedad del conocimiento y que se plantea traer inmigrantes con menos exigencias laborales para no subir los sueldos en vez de pensar en como aumentar la productividad. Algo que le lleva mucho tiempo haciendo falta, pero que nunca se ha pensado.
Hablando de la falta de anticipación, llevamos con una economía en crecimiento continuo desde hace muchos años. En ningún momento a nadie parecía ocurrírsele que ese no era el camino, que no estábamos poniendo cimientos para un futuro en el que construir una torre más alta. Es entonces cuando se debería de haber puesto dinero en poner mejores cimientos y realizar la reforma profunda que se necesita desde hace muchos años. Ahora sigue haciendo falta, tal vez más que antes. Pero estamos en una peor situación para hacerlo, se necesita con más urgencia.
A la pregunta sobre nuestro futuro habrá que mirar lo que hacemos en nuestro presente. De momento nadie apuesta por nada a largo o medio plazo. Ni empresas ni administración ni agentes sociales ni ciudadanos, pensamos a corto.
Por último según Javier Capitán habría que reunir a un selecto grupo de expertos en comité con unánime respaldo social para que decidan lo que necesitamos. En principio no estaría mal, pero a ver a quien se elige. Miedo me dan los comités que se acaban formando. Hay demasiada gente sin talento alguno deseosa de apuntarse a todos los saraos posibles y aprovechar los honores, recompensas y dietas que surjan.
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Vía | Meneame
Imagen | rahego