Hace pocos meses el Gobierno inició una reforma financiera, que aunque claramente fue insuficiente, establecía un nuevo sistema de provisiones para la parte inmobiliaria. El suelo rústico tenía que provisionarse al 95% de su valor, el suelo urbanizable al 60%, las viviendas en construcción al 50% y las acabadas al 30%. Con esto se pretendía eliminar las dudas sobre el balance de los bancos y cajas.
El problema es que hecha la ley, hecha la trampa. Para evitar provisionar el suelo urbanizable al 60%, los terrenos se están poblando de grúas. Esto no quiere decir que vayan a construir, simplemente se piden unos permisos, se coloca una grúa, y por arte de magia la provisión es inferior.
Esta estrategia ya se puede ver claramente en la zona de Madrid de Valdebebas, donde se supone que irá un nuevo PAU, con todos los retrasos que trae, y de repente se ha poblado de grúas. Los que hayan comprado sobre el plano seguramente estén contentos, pero la realidad es que no van a construir, es simplemente una triquiñuela legal para evitar provisionar el suelo urbanizable.
El Gobierno debería tomar nota y cambiar la ley, tapar estos resquicios legales. No tiene sentido que se quiera hacer más solvente al sistema financiero y este use trucos para evitarlo, para poder seguir dando beneficios ficticios y así seguir pagando buenos sueldos a sus consejeros.
En El Blog Salmón | Nueva reforma del sistema financiero, ¿será la última?
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