La empresa norteamericana Gallup comparte, cada año, los resultados de una encuesta realizada a 200.000 personas de 150 países distintos. En esta, la pregunta es clara: ¿Dónde migrarías si tuvieras que hacerlo?
España queda en un quinto puesto entre universitarios que se plantearían migrar al país en primera opción y, a diferencia de otros naciones, apenas nadie se quiere marchar.
España, ¿destino soñado?
La encuesta de Gallup y The Economist lanzaba la siguiente pregunta: Would you like to move abroad permanently? If so, where? (Te trasladarías a vivir en el extranjero de forma permanente? Si fuera así, ¿dónde lo harías?).
EEUU, Canada, Alemania y Australia siguen liderando el flujo de graduados universitarios, pero no están lejos países como España, que, a diferencia de la mayoría, apenas tienen población que emigrar (hay que recordar que la muestra representativa es de 200.000 personas).
Entre los datos más interesantes de la encuesta, vemos un cambio en los flujos migratorios (inmigración-emigración) en países como EEUU, así como en China y la India (sin apenas personas que quieran emigrar hacia estos países).
Perfil del inmigrante español
En el caso español, el perfil del inmigrante sigue siendo iberoamericano, con una amplia mayoría proveniente de América del Sur, y muy cerca del migrante que llega de Europa Central (Alemania, Bélgica, Bulgaria, Francia, Italia...) y, en menor medida, el norte de África (donde destaca Marruecos). En cifras, quedan más lejos otras zonas de Europa, América Central y Asia.
La encuesta sobre personas migrantes genera varias dudas relevantes, entre ellas, cómo es el perfil del graduado universitario que quiere emigrar a España y por qué. Si cuenta con trabajo deslocalizado y se traslada por un aumento en las condiciones de vida o si ve el mercado español como una oportunidad mejor que la de sus países de origen.
España destaca como destino por su calidad de vida, pero sabemos que crear un destino para el turista rico no es una forma óptima de mantener el país ni de crear empleo a la larga (tampoco de preservar el medio ambiente). Todo ello, sin tener en cuenta las fluctuaciones (caídas) que, con toda probabilidad, se generarán a nivel turístico debido al cambio climático.
Se busca: trabajadores cualificados
Con los datos que tenemos, sabemos que el 80 % de los inmigrantes tienen baja cualificación, mientras que el 60 % de los nativos español que emigran son universitarios (a menudo, sobrecualificados para las oportunidades que ofrece España).
Esto conecta, no obstante, con varias noticias que hemos compartido en este mismo medio, sobre el perfil del estudiante universitario español, alejado de las necesidades del mercado e interesado por carreras humanísticas y el sector del funcionariado público.
Además, se debe sumar aproximadamente 500.000 migrantes que están en situación irregular, cuyo perfil habitual es el de una mujer joven (25-35 años) que trabaja en el servicio doméstico y tiene niños a su cargo. A menudo, esta problema se solapa con otros, como el realojamiento de migrantes en la España vaciada.
No estamos cubriendo puestos
En cualquier caso, es innegable que España se juega mucho en el tipo de inmigración que llegue a sus fronteras. Según Libre Mercado, desde 2022, se han ido 35.000 trabajadores cada mes, a menudo cualificados (aunque no dan una cifra aproximada) y menores de 35 años para "buscarse la vida" en otros países (un 39 % a la UE, un 20 % a América del Sur y un 13 % a Reino Unido, entre otros destinos).
También contamos con un problema insólito: muchos de los puestos laborales no se están cubriendo, ni de alta ni de baja cualificación, y se estima un menor número de trabajadores (jubilaciones, menos nacimientos) unido a una escasez de personal sénior.
Sin lugar a dudas, los desajustes entre formación y mercado tienen una relación directa, pero también la dificultad de captar inmigración cualificada para el país y el tipo de trabajo mayoritario, que sigue anclado entre la construcción y la hostelería.
Así pues, parece que atraer a otro perfil de migrante implica cambiar la oferta y el planteamiento general, pero ¿se están dando pasos en esta dirección? Gran parte de los esfuerzos centrados en el turismo, que no hay que olvidar que están ayudando a pagar la deuda externa en tiempo récord, parecen indicar lo contrario. El tiempo lo dirá.