Cuando vi por primera vez este anuncio lo primero que pensé es lo que les debía de haber costado. Tanta gente requiere un montón de pagos, más ensayos, coordinación, castings, etc. Cuando me lo explicaron me enteré de que no, que las personas que aparecen en el anuncio no cobraron este anuncio, lo hicieron de forma voluntaria. Las animadoras, la banda, los acróbatas y los personajes de peluche aparecieron en este anuncio porque les gusta la chocolatina.
Hemos hablado alguna vez de los apóstoles de marca, aquellas personas que intentan difundir su marca y la defienden sin obtener nada a cambio, sólo apoyo a aquellos que les gusta. Este anuncio es un buen ejemplo de fanáticos capaces de donar su tiempo para promocionar el producto que les gusta.
¿Están nuestros clientes dispuestos a hacer algo así por nosotros? ¿Nos echarían de menos nuestros clientes si mañana cerráramos el negocio? ¿Se dedican a recomendarnos a todo aquel que les quiera escuchar? Obviamente no todos los clientes van a ser unos fanáticos, pero si tenemos clientes de este tipo el boca a boca está hecho.
En cambio muchas empresas lo que temen es dejar a hablar a sus clientes de ellos. Prefieren que los clientes se callen porque temen que se quejen de ellos. Esto es algo que no podemos evitar, nuestros clientes van a habla de nosotros y dependiendo de la gestión y del servicio de la empresa serán unos fanáticos capaces de pasarse un fin de semana grabando un anuncio o echar sapos y culebras sobre nosotros. Está en nuestras manos estar en una situación o en otra.
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