Es bastante habitual que uno se acerque al mundo de la bolsa y el trading atraído por los considerables beneficios económicos que uno puede obtener en plazos mucho más cortos que la mayoría del resto de inversiones.
Es un hecho contrastado que la potencia del corto plazo en todo lo que se refiere a lo económico nos seduce hasta extremos insospechados. Vendría a ser algo muy parecido al impulso que nos lleva a participar en la lotería: echar un boleto un día y despertarse millonario al día siguiente. ¿Hay algo más hipnotizante que eso?
Pero no nos engañemos: ese es un error de manual en el mundo del trading. Todo aquel que se acerca a la operativa intradía (por su apalancamiento suele ser la que tiene un potencial más elevado e instantáneo de generación de ganancias económicas) pensando en estar ganando dos o tres mil euros mensuales a partir del segundo mes, tiene tantas probabilidades de conseguirlo como el que se acuesta soñando que su boleto del Euromillones va a hacerle despertar millonario la mañana siguiente.
Ya he insistido anteriormente en el concepto del psicotrading y la enorme importancia que juegan nuestras emociones en la operativa diaria. Si uno opera con la obsesión extrema de ganar dinero desde el instante cero, probablemente acabe perdiéndolo todo sin apenas darse cuenta.
La paciencia es un arte en el mundo de la inversión, y muy especialmente en el de los mercados financieros. Por eso el 90% de gente que se acerca pierde el 90% de su cuenta en los primeros 90 días (eso dicen). Porque nadie se acerca a este mundo pensando en ganar mucho dinero a 5 años vista. La ambición y el quererlo todo cuanto antes y con el mínimo esfuerzo posible son un gran enemigo en las etapas iniciales del trading.
Las fases tradicionales del trading
Generalmente, se comenta que todo trader pasa necesariamente por cuatro etapas en su crecimiento como trader. Por supuesto, en una actividad tan intensiva en capital, hay que ser capaz de sobrevivir a todas para poder seguir avanzando en la carrera como trader.
La primera de ellas es la de “perder mucho”. Sí, eso es así, y os aseguro que conozco a pocos traders que no hayan iniciado su etapa en el mundo de los mercados financieros sin perder dinero. Forma parte del propio aprendizaje, y es absolutamente fundamental no dejarse la cuenta en esta fase, porque entonces saldremos del trading resignados y sin demasiadas ganas de volver en la vida.
Esa fase se supera llegando a la de “perder poco”. Sí, se sigue perdiendo globalmente dinero en la operativa, pero en esta fase se asientan las bases para poder dar el salto a ser un trader ganador: se minoran las pérdidas en la operativa, consiguiendo que aunque el balance global sea negativo, las cantidades perdidas sean llevaderas. Digamos que se consigue en esta fase dominar uno de los dos factores que tradicionalmente se asocian a los traders ganadores: en las operaciones perdedoras, pierden relativamente poco.
La tercera fase es la del “breakeven”. Es una fase en la que ni se gana ni se pierde. Se van consiguiendo cada vez más operaciones positivas que compensan las pérdidas, logrando que en cómputo global no se pierda dinero con el trading. Unos meses van muy bien, otros van mal, pero lo esencial es que seguimos estando en el trading y la experiencia que se acumula en esta etapa hace que cada vez estemos más cerca de lograr ese factor que marcará un antes y un después en nuestro trading y nos hará pasar a la última fase.
Esa última fase no es otra que la del “ganar”. Logramos la consistencia suficiente para cada vez más aprovechar esas operaciones positivas y de este modo acumular beneficios que no se esfuman con nuestras operaciones negativas, pues en estas últimas controlamos a la perfección sus pérdidas. Llegar a esta fase es simplemente cuestión de tiempo, y la clave está en no quedarse sin cuenta en ninguna de las etapas anteriores.
