En estas páginas hemos hablado de varios aspectos de lo que está pasando en los mercados.
Uno de los estos que se está comentando mucho en estos momentos y sobre el que se está especulando, es qué hará con el nivel de intereses el Banco Central Europeo (BCE) en su próxima reunión.
En estas páginas ya hemos comentado que los mercados esperan subida de los intereses, demostrado por la evolución del Euribor a un mes. Esto a pesar de que muchos bancos están diciendo que no ven probable una subida.
Esto parece un caso de los bancos diciendo lo que prefieren pero actuando con lo que esperan. Algo que no es nada anormal.
Mi opinión es que los bancos centrales deben continuar con sus políticas de antes y, si eso es subir los intereses, que los suban. A pesar de todo el ruido de los mercados financieros, el Banco de Inglaterra acaba de subir los suyos.
Antes de que haya comenzado el espectáculo que hemos vivido en los mercados financieros estos días, la probabilidad era que el BCE iba a subir el nivel de interés. La razón era que, con los altos precios en los productos primarios, los altos beneficios de las empresas, las grandes cantidades de capital disponible para invertir, hacía pensar que las economías seguían en demasiada euforia y, como consecuencia, se esperaba un alzamiento en el nivel de los precios, es decir, en inflación.
¡Y la responsabilidad principal del BCE es valer por la situación de inflación! aunque sus acciones recientes han respondido más a ayudar a los especuladores, algo que hemos criticado en estas páginas.
Ahora, todos estos elementos siguen en pié con dos adicionales que se contrarrestan. Ahora hay mucha más liquidez en el mercado por las acciones de los bancos centrales y, como contrapartida, con todo este hablar de crisis, puede que los consumidores estén menos dispuestos a consumir, que es un freno a lo que hemos estado viendo.
Hay que analizar estos impactos pero, no hay por qué pensar que vamos a ver un frenazo en los mercados y en la economía en el medio plazo, o ni en el corto plazo.
Mantener control sobre la inflación es obligación principal de los bancos centrales y el peligro principal para las economías. No hay que volver a ese pensamiento histórico (aunque muchos ya han vuelto) de que un poco más de inflación está bien ya que dicen que será mejor para el crecimiento y para el desempleo.
Edmund Phelps ganó el Premio Nobel de Economía el año pasado por demostrar hace tiempo que ese pensamiento es una tontería.
No obstante, siguen existiendo políticos europeos, algunos recién elegidos, que todavía no quitan de sus cabezas este intercambio entre las dos.
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