Se ha abierto un debate ético-moral respecto el cobro de la prestación de desempleo en el caso de trabajadores o personas con una alta remuneración en el trabajo. El caso que ha saltado a la luz pública ha sido la exdirectora de la CAM, que ha conseguido el título de extrabajadora de la entidad por sus propios medios y por su nula capacidad laboral, cuando se ha dirigido a una oficina de empleo y ha tramitado su solicitud para la prestación por desempleo.
Este trámite, es un trámite lógico y normal para cualquier trabajador que ha perdido su puesto de trabajo de manera involuntaria (ha sido despedida por el FROB) y es completamente independiente a la capacidad económica del solicitante y a su buen o mal hacer laboral. Pero el debate ético-moral al que estamos llegando es que este cobro del desempleo no es ético, por su trabajo mal realizado y por el patrimonio y sueldo anterior. Vamos, que a este paso de razonamiento, podemos concluir que los ricos sólo tienen el derecho a pagar impuestos. Decía Karl Marx que a cada cual según su capacidad, a cada cual según su necesidad. Y aquí es donde rompemos realmente la justicia social por la dificultad implícita de poner baremos a estas capacidades y necesidades.
Cuestionarnos el desempleo en este caso, también nos lo puede hacer cuestionar en el caso de una empresa que despida a un trabajador con un salario de 30.000 euros anuales y que haya generado una pérdida en la empresa de 200.000 euros por su negligencia. También nos podemos cuestionar que si tienes una casa, un local alquilado y un plazo fijo de 20.000 euros, ya tienes capacidad para poder vivir y por tanto no tienes derecho a ese desempleo.
Y si ya nos ponemos sibaritas con las cuestiones de las coberturas de los servicios públicos, también nos podemos cuestionar que los ricos paguen su sanidad al completo y si no que se mueran, que la sanidad pública debe servir sólo para curar a los pobres y los ricos que la paguen y que la enseñanza para estos ricos debe ser de pago. Por cierto, también podemos plantearnos que los ricos también paguen por todos los usos de infraestructuras públicas que para eso tienen capacidad para hacerlo.
Una sociedad justa, es la que intenta limar las desigualdades entre sus individuos y esto se hace mediante las políticas públicas, tanto en el cobro dew impuestos como en el reparto de los beneficios sociales. Y no, no es justo que los que más tienen solo paguen y los que menos tienen solo reciban por lo que las cuestiones éticas que tanto se critican, deben mirarse con más perspectiva y no sólo con la bilis en la boca. Y fundamentalmente, no nos llenemos la mente de ricos, que definir quién es rico y quién no, tiene un largo debate por delante.
En El Blog Salmón | La prestación por desempleo: qué es y cómo funciona
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