Durante el pasado mes de junio se ha marcado un nuevo récord de mujeres ocupadas en España y se han contabilizado en la Seguridad social 8,779 millones de mujeres, una cantidad que superar a los 8,249 millones de mujeres que había en junio de 2008, y que es un dato representativo de la transformación del mercado laboral durante la crisis.
El avance del empleo femenino, contrasta con la contracción del empleo masculino, y se puede observar un trasvase sectorial de la ocupación hacia servicios, con muchas veces con contratos a tiempo parcial.
Nos podemos preguntar: ¿A qué es debido que las mujeres estén recuperando más rápidamente sus puestos de trabajo que los hombres?
Efecto Sheffield: la mujer ha llevado el peso económico del hogar
La primera gran incorporación de la mujer en el mercado laboral se produjo en los 80, con la que puede considerarse la incorporación a un mercado del que habían estado alejadas por motivos sociológicos.
Pero en este última recesión y lenta recuperación se ha producido un segundo momento en la incorporación de la mujer en el mercado laboral español, que ha coincidido con un repliegue de la ocupación en el mercado laboral masculino, que tiene una gran parte de la explicación en la pérdida de peso en la actividad constructora en España.
La pérdida masiva de empleo por parte de los hombres durante los años 2009 y 2010 empujó a las mujeres a buscar alternativas a las rentas pérdidas por su maridos para sostener sus hogares con actividad que mantenían viva la demanda y ofrecían flexibilidad.
Este fenómeno ya se había producido en los 90 en los países con industrias pesadas y maduras, y que se habían dado en la ciudad inglesa de Sheffield, por esto se ha denominado este efecto el síndrome de Sheffield.
Las mujeres ya han recuperado el 98,56% de sus puestos de trabajo
En España el mercado laboral ha realizado un efecto acordeón al pasar los años de la crisis y la recesión económica tras años de demasiado despilfarro con una recuperación del empleo femenino, mucho más concentrado en el sector servicios, que ahora tiene más puestos de trabajo que en el ciclo anterior, y una pérdida bastante acentuada del empleo masculino.
En el registro de cotizantes de la Seguridad Social aún faltan más de 1 millón de empleos entre los hombre (12,014 millones en 2008 y 10,284 millones ahora), en la estadística de la EPA se ve una reducción en 1,73 millones, como se puede ver en la gráfica “Evolución del empleo por género en la EPA de 2008 a 2018”:
Es decir, la ocupación masculina en EPA, está en el 85,6 por ciento del máximo, mientras que entre las mujeres el nivel está en el 98,56 por ciento, del máximo de 2008, y solo contabiliza ya 124.700 ocupadas menos que entonces.
Los empleos activos en las mujeres han crecido un 3% mientras los masculinos han descendido un 5%
A nivel general, la Seguridad Social los cotizantes están a poco menos del 2 por ciento del récord de 19,37 millones de ocupados, casi 9 puntos porcentuales. Es trasvase de género se detecta también en el número de activos y tasa de actividad (porcentaje de personas dispuestas a trabajar), que reacciona también a los ciclos, como se puede ver en la gráfica “Evolución tasa de actividad de 2008 a 2018”:
Si cuando se implantó la crisis los empleos activos rozaban los 23 millones, el 60 por ciento de los mayores de 16 años y menores de 65, la cifra se amplio hasta los 23,5 millones por la llegada de las mujeres buscado trabajo y rentas para aliviar la pérdidas de empleo de los hombres, para descender de nuevo hasta el mismo nivel antes de la recesión.
Pero mientras los hombres activos se ha reducido en una década en 900.000, las mujeres activas han aumento en 780.000, la tasa relativa masculina ha decrecido en 5 puntos en el periodo, mientras la de las mujeres se ha aumentado en 3.
El empleo masculino no sólo fue en construcción sino también en industria
La pérdida de empleo masculino no está sólo en la pérdida de la ocupación en la construcción, también se ha perdido en la industria en 676.000 puestos de trabajo, de 3,25 millones de empleos a 2,67 millones, y el mayor golpe ha sido en el empleo masculino, de medio millón de puestos de trabajo.
Mientras que las mujeres empleadas en la industria sólo han pasado de 845.000 puestos de trabajo a 682.100, por otra parte, los servicios emplean más mujeres, de 7,6 millones mujeres por 6,6 millones hombre, y el beneficio agregado es muy parecido.
El cambio del mercado laboral tras los pasos de la recuperación de la crisis se ha cebado también en la relación contractual, con uso de jornadas reducidas, mayoritariamente trabajadas por mujeres.
En estos momentos hay 1,17 millones de mujeres que trabajan a tiempo parcial con contrato fijo y 772.000 con contratos temporales, es decir, un total de 1,942 millones. Hace una década el total era de 1,686 millones, más concentradas en contractos temporales. Los hombres con jornada reducida han aumento en 226.000.
Más allá de la estadística de la EPA hace una estimación a la cantidad y calidad del empleo la contabilidad nacional, que indica el número de puestos de trabajo en cada momento, ahora mismo en 20,5 millones, así como el número de puestos de trabajo equivalente a tiempo completo, estimados en 18,16 millones, inferior a la EPA y al registro de cotizantes, como se puede ver en la gráfica “Evolución del empleo de 2008 a 2018”:
El nivel más elevado de empleo puede explicarse en parte a la aparición de pequeños volúmenes de economía sumergida y por la existencia de contratos cortos en el mes, ya que los datos se expresan en medias mensuales, y no en un nivel a una fecha determinada.
En El Blog Salmón | La economía ha vuelto al nivel pre-crisis pero no en empleo ni en sueldos
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