Comenta que hay dos razones por el control del sueño: el sistema homeostático, relacionado con el cansancio, y el ritmo circadiano, nuestro reloj interno que envía mensajes de cuándo dormir y cuando despertar.
Parece que estos dos no siempre siguen el horario laboral diario y no siempre funcionan juntos, y es el circadiano el que no nos permite actuar a tope por las mañanas.
Por otra parte, el largo almuerzo de los españoles y la casi desaparición de la siesta (¡una desgracia de la vida laboral moderna!) hace que después de comer, nuestra capacidad de trabajar a tope también está dificultado.
¿Cuánto nos queda para ser realmente eficientes? Yo diría de las 11:00 hasta las 13:00, un par de horas donde mejor no desperdiciarlas con reuniones.
Vía | Tambuzi En El Blog Salmón | Productividad a la española y La calidad laboral determina la productividad