Prostíbulos, tarjetas de crédito y la imperiosa necesidad de los avances tecnológicos


El uso de las tarjetas de crédito/débito como medio de pago es una de las vías con más posibilidades de fraude existentes en el mercado, tanto por el robo de la información de la tarjeta como por el uso en mala fe del titular del medio de pago. Hay muchos procedimientos en los que emisores de tarjetas y clientes se ven sumidos en procesos judiciales por usos indebidos de estos medios y aquí, es dónde la tecnología debeb entrar con mayor fuerza para dotar de seguridad a las partes que usan estos medios de pago.

Sin ir más lejos, en estos días, se ha conocido una sentencia condenatoria al BBVA por cargos indebidos por importe de 1.900 euros a un cliente que usó al menos de manera consentida su tarjeta en un prostíbulo, pero no los 24 cargos siguientes. Según podemos leer en Facua, un cliente realizó un pago con una tarjeta de una consumición por importe de 6,37 euros, pero el prostíbulo cobró 25 cargos en esa tarjeta. El juez le ha dado la razón al cliente, dado que la entidad no ha aportado los originales de los justificantes de pago, sólo fotocopias, y no se ha podido demostrar la autenticidad o falsedad de la firma del cliente y éste hombre ha podido ser victima de skimming

No obstante, en este caso, o el local ha actuado fraudulentamente o el cliente se ha pasado de listo, por lo que es necesario que se implanten, de manera generalizada, las tarjetas con chip inteligente o EMV, para mejorar el tráfico mercantil en todos los aspectos. Partiendo de la premisa que el procedimiento judicial se remonta a cargos realizados en el 2001, tenemos que tener presente que el local no tiene obligación alguna de conservar los documentos originales por más de seis años, por lo que la falta documental de originales en los que se sustenta la sentencia judicial es posible por destrucción de los mismos.

Por otra parte, falsificar una firma de un cargo con tarjeta es tan sencillo como firmar con la mano contraria a la que se escribe o directamente jugar con el despiste de los trabajadores para que el justificante lo firme el amigo de turno. Ojo con esto, porque tampoco veo claro que la firma digitalizada que tienen muchos establecimientos, como por ejemplo El Corte Inglés o Carrefour tiene poca nula capacidad probatoria a nivel grafológico en un caso similar a éste por ejemplo.

En esta tesitura, las tarjetas con chip o tecnología EMV inteligente solucionan este problema, dado que ya se introduce el PIN asociado a la tarjeta para aprobar el cargo sin la necesidad de recurrir a la firma física. Existe la posibilidad del robo del PIN, pero en estos casos, la tesitura de la hipotética estafa por parte del cliente/local con TPV/entidad financiera, es mucho más compleja. Los medios de pago deben evolucionar en el sentido que se permita la confirmación de pago por canales distintos, tal y como ya hacen algunas plataformas de banca electrónica mediante la codificación mediante SMS del código de autorización.

Si los medios de pago existentes siguen pecando de inseguridad para las partes, las comisiones y tarifas asociadas a los mismos seguirán siendo muy altas y no se conseguirá un uso residual del efectivo en ningún caso, tal y como se pretende a medio plazo, para cualquier tipo de operatoria de pago, sea física, presencial o a distancia.

En Pymes y Autónomos | Camuflando un TPV
En El Blog Salmón | Hay que matar a las tarjetas de crédito, Las tarjetas no son 100% seguras
Imagen | Germán R. Udiz

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