Con el culo al sol: el otoño de los mineros solares

Acabo de ver el trailer de un documental que promete, Con el culo al sol: trampa España, que narra las vicisitudes de los inversores en en regias renovables, y más concretamente de los que apostaron por la energía fotovoltaica.

La verdad es que es difícil ver estos breves minutos sin que a uno se le quede una sabor amargo en la boca, sin sonarle a viejo conocido estas historias de inseguridad jurídica, ignorancia financiera, fe en las garantías estatales, etc.

Por supuesto que no todo es blanco y negro, que hay algunos grises que ya he comentado con anterioridad en otros posts(incluso se repiten las personas que aparecen, algunos ahora como expertos cuando en otros documentales eran productores o expolíticos), pero espero que el documental se centre esta vez en la peripecia de estos mineros solares de los que hablaban en el 2007, y me preguntaba por sus perspectivas de futuro:

La rentabilidad de esta inversión viene dada por la cantidad de energía producida y por el precio al que se vende. Este precio está fijado por el Real Decreto 661/2007 y es un precio político al que están obligadas a comprar las eléctricas. Pues bien, la mayoría de los estudios que circulan sobre el tema cifran como máximo la rentabilidad en un 10% y con unos plazos mínimos de 8 a 10 años para recuperar la inversión. Y eso con el actual marco regulatorio. Y es que, aunque esta vez las nuevas tarifas no han tenido efectos retroactivos, a pesar de lo que muchos temían, esa posibilidad queda abierta para las posteriores reformas. Se trata por tanto de una rentabilidad, que dado el plazo y riesgos que tiene, no parece excesivamente atractiva.

Por cierto, en los cálculos de esa rentabilidad del 10% estaba implícita una estructura de apalancamiento, es decir endeudarse (lógicamente a tipos inferiores a las tasas de rentabilidad prevista). No era posible obtener dichas rentabilidades sin financiar parte de la inversión con fondos ajenos. De hecho, en cualquier huerta solar era común el patrocinio de alguna entidad financiera con acuerdos de financiación para los nuevos inversores, barruntándose como alternativa de diversificación a un mercado inmobiliario que ya daba muestras de agotamiento.

Así que cuando uno de los inversores dice que no eran especuladores siento contradecirle. Claro que lo eran (por qué si no iban a tener esos créditos), lo eran y no por ello deben de pedir perdón. Más bien deberían rrecordar con quien no conviene hacer tratos.

PD: estoy deseando ver el documental

Más información | El Correo, vozpópuli

En El Blog Salmón | ¿Invertir en energías renovables?, Inversores, os recibimos con alegría

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