España se encuentra en el punto de mira de los grandes inversores norteamericanos tras los buenos datos cosechados por el sector en los últimos años. Nuestro país sigue siendo pionero en la apuesta por el negocio de las energías renovables y esa oportunidad de mercado ha sido detectada por los más poderosos de Wall Street. El último ha sido el banco Goldman Sachs, que busca diversificar su capital con la creación de una sociedad que se encargue de generar biometano en Europa; Verdalia.
La sede central de Verdalia se ubicará en Madrid y contará con una inversión inicial de 1.000 millones de dólares durante cuatro años. Aportará capital para comprar proyectos en fase inicial de desarrollo y en activos operativos de mayor tamaño relacionados con el biometano. El objetivo es llegar a producir 150 GWh/año.
La apuesta de Goldman Sachs por el sector energético español no es baladí, pues ya fue dueño del 50,1% de Redexis entre 2010 y 2018, vendiendo finalmente sus acciones a dos fondos con los que las compartía, USS y ATP, así como a otros dos fondos de inversión chinos, GT Fund y CNIC. La buena gestión que realizó el banco estadounidense sobre Redexis le llevó a revalorizar a la compañía gasista en 3.000 millones (incluida la deuda), partiendo de una participación de 1.500 millones. El éxito cosechado por aquel entonces les ha llevado ahora, cinco años después, a contar con el mismo equipo directivo para comandar el proyecto de Verdalia.
España, referente de las energías limpias
Durante la Cumbre del Clima celebrada en Ucrania el pasado mes de noviembre, España presentó sus imparables cifras donde demostraba que las energías renovables representaban el 41,3% de la producción energética del país, aunque si bien es cierto que gran parte se exporta a Francia y que procedía de centrales de ciclo combinado que utilizan gas. No obstante, el experto en cambio climático y director de Proyectos Climáticos de Enefgy asegura que la estimación de cara a los próximos diez años es que la potencia aumente en más de 14 millones de megavatios hora.
La energía eólica ha representado el 22,1% de la electricidad total de España (cuatro puntos por encima de la generada en 2012), aunque por debajo del 23,3% que se registró en 2021. Por su parte, la energía solar fotovoltaica experimentó un crecimiento del 2,9% de 2012 a 2019, siendo las cifras de 2022 del 10,8% (la potencia instalada ha pasado de 8,7 GW a más de 18 GW en los últimos tres años). En el caso de la energía solar térmica, ha experimentado un crecimiento exponencial en la última década, alcanzando en agosto de 2022 un 1,7%. De hecho, según datos de la Red Europea de Gestores de Redes de Transporte de Electricidad (ENTSO-E), España fue en 2021 el segundo país que más electricidad generó gracias a las energías solar y eólica de toda la Unión Europea.
Castilla y Leónes la comunidad con más producción de energías limpias sobre el panorama nacional, pues representa el 66,7% (57,4% de eólica y 9,6% de fotovoltaica). Le sigue de cerca Aragón con un 63,1% (49,3% de eólica y 13,8% de fotovoltaica). La tercera del ranking es Castilla la Manca con un 58,4% (31,1% de eólica, 25% de fotovoltaica y 2,3% de térmica).
La corriente inversora en las renovables
La apuesta de Goldman Sachs por Redexis coincidió con momentos en los que los bancos de inversión como Morgan Stanley (que fue dueño de la Madrileña Red de Gas), decidieron posicionarse en el mercado gasístico. No obstante, acabaría vendiendo la compañía al fondo chino Gingko Tree Investment, el fondo de pensiones holandés PGGM y la eléctrica francesa EDF. Ahora existe la intención de los chinos de vender nuevamente la empresa, pero por el momento no ha surtido efecto.
Merece también especial mención la apuesta de JP Morgan por Nortegas, mediante su rama de gestión de activos, adquiriendo las acciones que tenía el fondo soberano de Abu Dabhi. A raíz de ahí han intentado hacerse con la Madrileña Red de Gas, tal y como viene haciendo con su rama de inversión en las renovables españolas, Sonnedix, que está presente en diez países y posee una capacidad total de 8GW de energía. Nortegas ha alcanzado una capacidad operativa en España de más de 770MW, siendo su última compra la de Qualitas Enerty con 169 plantas solares fotovoltaicas y una capacidad de 136 MW. Su valoración fue de 500 millones de euros.
En otro orden, el fondo Energy Infraestructure Partners (EIP) adquirió, en alianza con Crédit Agricole, el 25% de la filial de renovables de Repsol por 905 millones. Poco después acordó la compra del 49% del parque de eólica marina Vikinger de Iberdrola, en el que invirtió 700 millones de euros.
El potente inversor canadiense Brookfield lanzó una opa sobre Saeta Yield y se hizo en 2019 con el 50% de X-Elio, aunque desea hacerse con el otro 50% restante que se encuentra en manos de KKR. Así mismo, CDPQ adquirió una macrocartera de Q Energy a la que le aportó 350 MW procedentes de Brookfield. Centrados en el sector eólico, merece especial mención el hecho de que Aimco fue dueño de Eolia hasta que en 2021 la vendió a una alianza entre Engie y Crédit Agricole.
Repsol anunció en diciembre una cuerdo con Asterion para hacerse con una cartera de 7.700 MW por 580 millones, sumados a los 2.350 MW que le compró a Viesgoen 2018. Su principal competidora, Iberdrola, ha permitido la entrada de socios inversores en su proyecto verde para España llamado Romeo. Su última estrategia ha sido vender un 49% a Norges Bank.
La previsión
Aunque los fondos de inversión seguirán apostando por las energías limpias en España, el país deberá consumir un 45% de ésta en 2030 si quiere alcanzar los objetivos climáticos. En 2020 se quedó a medio camino (un 21,2%) según informa el Ministerio de Transición Ecológica, aunque superó el 20% fijado por la UE. Por su parte, Greenpeace asegura que es necesario aumentar la presencia de las renovables, multiplicándola por tres hasta alcanzar la descarbonización antes de 2050.