En los últimos tiempos, hemos visto en varios medios diferentes declaraciones de diferentes cargos públicos acerca de que se debería subir los precios de los billetes de los vuelos. Esto choca un poco con la bajada que las tarifas aeroportuarios han experimentado en los 2 últimos años.
Todos esperamos que el Gobierno del PP instará al sector aéreo a repercutir estas bajadas a sus tarifas y así poder todo el mundo disfrutar de esta bajada. Todos podemos llegar a la misma conclusión: el sector aéreo es un avaricioso y no tienen límites, han conseguido tener una rebaja y el ciudadano aún debe pagar más.
Nos podemos preguntar: ¿De quién es la culpa que no baje el precio de los billetes aunque el mercado este liberalizado?
¿Pero no habíamos quedado en que habían subido?
A lo que hemos comentado anteriormente se le puede añadir otros datos, como el hecho que los precios del transporte aéreo de pasajeros ha caído un 1,2 por ciento a final del 2017, según el índice de precios del sector servicios que pública el INE (Instituto Nacional de Estadística).
¿Pero no habíamos quedado en que habían subido? Todos los índices a los que el sector puede acudir tienen varios defectos, cuanto menos, hacen dudar de su representatividad a mostrar la evolución de los precios de los billetes.
Los primero que nos debemos de fijar es el IPC del transporte aéreo de pasajeros que sólo refleja la evolución de precios para los residentes en España o que es lo mismo, de las empresas con sede en España.
Ya que más del 70 por ciento de los viajeros que utilizan el avión en España es de procedencia extranjera, no podemos utilizar el IPC para ver si han subido los precios, ya que no se muestra la evolución del conjunto del mercado.
Por otra parte, el IPC solo refleja los vuelos nacionales, para los que han bajado un 2,1 por ciento, e internacionales, sin distinguir entre intraeuropeos e intercontenientales, los intercontinentanles son los vuelos más caros ya que tienen diferentes destinos, y estos son precisamente los que han aumentado su precio en España.
Por último, debido a la política de precios que utilizan actualmente las empresas aéreas, en donde el precio varía cada minuto, pretender utilizar un índice de precios basado en la recogida de unas cuantas muestras al mes para el funcionamiento del mercado es algo inútil.
AENA el gran lastre de la bajada de tarifas
Podemos ver que lo más importante para ver la evolución y entender la dinámica competitiva de** 2 mercados distintos**, como son el aeroportuario y la aviación comercial. El primero está realizado por operadores que suelen disfrutar de una situación de monopolio, que provoca la competencia a la que se enfrenta una empresa como AENA es muy limitada.
Por esto la existencia de una normativa regulatoria que evite el abuso de la posición de monopolio, en este caso, en España se está aplicando la Ley 18/2014, y que es favorable para el operador aeroportuario y no para los usuarios.
Establece que además de garantizar a AENA una rentabilidad sobre sus activos aeronáuticos regulados en un 7 por ciento, más 700 millones de euros anuales, el resultado es que esto siempre lo tienen que pagar los mismos, el usuario y, por tanto, sin repercutir de una manera muy positiva en las tarifas de los billetes.
A pesar de que AENA ha tenido durante el año pasado un beneficio neto de 1.232 millones de euros, parece no ser suficiente, ya que el modelo regulatorio le permite recuperar 66 millones de euros adicionales con cargo a las tarifas del 2019.
Por tanto, ya sabemos todos la consecuencia, es que las tarifas aeroportuarias el año que viene se mantengan congeladas, en vez de sufrir la bajada del 2,22 por ciento.
Las empresas del sector están preparadas pero la regulación no les deja volar
En contraste con la regulación de monopolio de AENA de manera regulada, las empresas aéreas operan en un mercado liberalizado, en el que cualquier empresas del sector puede abrir una nueva ruta, añadir capacidad a rutas que ya operen, casi sin tener ninguna restricción.
Esto significa que el sector de la empresas aéreas está en competencia plena, para que sea beneficioso para los usuarios. Pocos tipos de transporte en nuestro país están en estas condiciones y sin estar regulados y poco cubren íntegramente los costes de la infraestructura que utiliza, sin necesidad de acudir a los Presupuestos Generales del Estado.
La reducción de las tarifas aeroportuarias de los 2 últimos años han permitido aumentar la competitividad de los aeropuertos españoles, lo que han contribuido a un aumento del tráfico aéreo, como un aumento de la conectividad, el turismo y la actividad económica.
El grado de eficiencia que el nivel de competencia existe exige a todos los operadores que realizan operaciones territorio español, es dar las mejores garantías posibles en el transportes, seguirá siendo una de las alternativas de transporte de coste asequible para una gran mayoría de usuarios.
De esta manera, se puede presionar a las empresas del sector a bajar los precios, pero debemos pensar que no puede tener la efectividad desea, pero seguro que si todos presionamos si tiene que pasar, pasará.
En El Blog Salmón | El Estado hace (más) caja gracias a Aena
Imagen | Flickr