Hace bastante tiempo escribí un artículo titulado “El ahorro es mejor que el gasto, incluso en estos tiempos“ donde resaltaba la importancia del ahorro, no sólo en el desarrollo de la economía, pero en ayudarnos a salir de los líos económicos en que nos encontramos. Los principios elaborados en ese artículo siguen válidos hoy en día aunque no han visto la luz del día. Lo importante no es sólo que los lectores de estas páginas no aceptan esos conceptos, pero nuestros líderes políticos tampoco aceptan la importancia del ahorro en estos tiempos de crisis y las políticas económicas que están anunciando nos lo demuestran. Como dije entonces:
Por lo que se lee, parece que el consenso para la recuperación de la economía es que todos debemos consumir más, es decir, gastar más, y que no nos preocupemos por los ahorros en estos tiempos complicados.
Pues no, lo que hay que hacer es reducir los gastos y ahorrar y estas reducciones de gastos tendrán uno de dos impactos, aumentará los ahorros o reducirá las deudas que, como conclusión aumentará el ahorro neto de la sociedad. Seguimos viendo justo lo contrario al camino aconsejable, se está fomentando el gasto como sea y de todas partes y, no sólo eso, se está fomentando el gasto por parte del gobierno también, como si los gastos del gobierno tomando nuestro dinero o endeudándonos aún más iba a ser una solución a la reactivación de la economía.
Siempre que propongo una medida que debería tomar el gobierno, el comentario más común que recibo es que no es bueno para la crisis ya que perjudica el gasto generalizado. La conclusión generalizada es clara, más gasto es bueno para sacarnos de la crisis y menos gasto es malo, aunque la realidad es justo lo contrario, para sacarnos de la crisis, más gasto es peor que más ahorros.
Marco Antonio ha advirtido varias veces en estas páginas del problema de la deuda privada y corporativa, que es mucho más alta que la deuda del Estado, que nos demostró con el gráfico de esta página, y estoy de acuerdo. Lo que reduce esa deuda no es que el gobierno gaste más o que los ciudadanos gasten más, lo que reduce la deuda privada es ahorrar más, es decir, gastar menos que los ingresos.
Como dije:
En estos momentos, como en tiempos de boom, deberíamos aumentar nuestros ahorros que, aunque parezca en contra del sentido común, siempre ha sido la mejor forma de fomentar el crecimiento sostenible y productivo, que siempre debería ser nuestro objetivo.
El ahorro, que es la acumulación de capital, es uno de los determinantes importantes de la inversión fundamental para conseguir crecimiento sostenible y, como veo que ni la gran mayoría de nuestros lectores ni nuestros líderes lo han captado, repitiré los argumentos:
¿Por qué fomentar el ahorro es importante, incluso en estos tiempos?
Más ahorros resultan en la reducción del coste de capital que impulsa más inversión privada, inversión que lleva en más productividad, a más empleo productivo y, por lo tanto, a empleo sostenible que es el tipo de empleo que se necesita en la economía. La alternativa es el empleo artificial que es el resultado que el despilfarro estatal está creando, empleo que es relativamente poco productivo, ya que es el que se crea como reacción a un gasto puntual que no se espera que continúe. Otra explicación más de por qué los empleos que si se han visto han sido de los más temporales, baratos e inseguros que hay. Además, este tipo de empleo también es cortoplacista, ya que los gobiernos no pueden mantener sus gastos, como estamos viendo con las reducciones en gastos y con los aumentos en ingresos.
Parece que existe una falta de entendimiento de lo que es la inversión y parece que los que quieren gastos y no ahorros piensan que las cantidades destinadas a ahorros y a inversión desaparecen de alguna forma. Parece que no contabilizan su impacto, impacto que es muy importante y mucho más importante que el gasto que suelen querer fomentar.
¿Qué es la inversión?
La inversión no es dinero que se pierde o que está apartado en algún lugar, en una especie de limbo, sin impactar a la economía.
La inversión son muchas cosas; una nueva fábrica, un nuevo equipo o maquinaria, un nuevo edificio, incluso reparaciones a un activo y desarrollo de capital humano.Todas estas cantidades que se invierten, llegan a otras empresas que pagan sus gastos, sus empleados, sus materias primas, etc. Incluso puede que tengan que expandir y, como consecuencia, aumentar su nivel de empleo.
La inversión impulsa la productividad, el crecimiento, el empleo productivo y sostenible, los sueldos reales y, como resultado, el consumo.
¿Cómo puede ser aconsejable continuar con los déficits públicos que resultan en cada vez más deuda, deuda que está costando cada vez más financiar? No debe sorprender que se habla tanto de los problemáticos mercados financieros, ya que nadie que tenga dinero se fía de una situación que claramente es insostenible. Con esta situación, ¿qué empresa invertirá y contratará en base a gastos descontrolados del gobierno?
Fomentar el ahorro frente al consumo, no reduce el consumo, lo que hace es crear riqueza y aumentar el consumo, eso si, el consumo sostenible.
Las políticas económicas de los gobiernos deben ir dirigidas a aumentar el ahorro en general, sin preocuparse por el gasto. Estas políticas económicas deben incluir una correcta política de impuestos del cual hablaré proximamente.
En El Blog Salmón | El lento desapalancamiento de las familias y El ahorro es mejor que el gasto, incluso en estos tiempos
Imagen | BusinessWeek